¿No más gasto?
Todo gobierno nuevo, y el de AMLO no será la excepción, mantiene los programas de gasto de su antecesor (en el mejor de los casos se les cambia el nombre) y pone en marcha sus propios programas (por los cuales, se supone, votó el electorado), generándose una tendencia de largo plazo hacia un gasto gubernamental cada vez mayor, tanto en términos absolutos (pesos) como relativos (proporción del PIB).