¿Regular comisiones?

Eliminar las comisiones bancarias, el precio que los bancos cobran por el servicio que ofrecen, sería un error, cuya consecuencia sería la desaparición del servicio: si el precio es cero la cantidad ofrecida también será cero, no consecuencia del capricho del oferente, sino de un hecho innegable: ofrecer servicios cuesta, y ese costo debe recuperarlo el oferente. ¿Cómo? Cobrando un precio que debe pagar el consumidor.

De acuerdo: que no se eliminen las comisiones bancarias, pero que se regulen para que sean, en beneficio de los consumidores, las menores posibles, es decir, las que alcancen a cubrir únicamente el costo de producción del servicio. Esto último, deseable desde el punto de vista del consumidor, ¿es posible?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que, si fuera posible regular las comisiones bancarias para que, en cada caso, fueran iguales al costo de producción del servicio en cuestión, no se trataría, en la acepción técnica del término, de la imposición de un precio máximo, por debajo del precio de equilibrio, que genera escasez. Si el oferente recupera su costo de producción, incluida en él su ganancia normal, no tendría que dejar de producir y ofrecer.

Lo segundo que hay que considerar es que, para regular las comisiones bancarias, de tal manera que sean iguales al costo de producción del servicio que se ofrece, el regulador debe conocer cuál es el costo de producción de cada uno de los servicios bancarios cuyo precio pretende regular, momento de preguntar si ese conocimiento es posible: ¿el oferente del servicio cuyo precio se pretende regular le revelará al regulador, de manera verídica, esa información?

En tercer lugar, hay que tomar en cuenta que, si el precio alcanza para cubrir nada más el costo de producción del bien o servicio en cuestión, desaparece la ganancia extraordinaria del oferente, con todas las consecuencias negativas que ello trae consigo. Lo explico.

En el costo de producción está incluida la ganancia normal del oferente (el empresario), que es la remuneración mínima que el mismo pretende obtener a cambio de su trabajo. El costo de producción es la suma de todas las remuneraciones que hay que pagarle a todo agente económico que aporta algún factor de la producción a la producción de algún bien o servicio, remuneraciones entre las que hay que contabilizar la ganancia normal del empresario (el oferente). Todo lo que exceda de la ganancia normal es ganancia extraordinaria, misma que se elimina si el precio cubre solamente el costo de producción.

El primer problema es que, si se elimina la ganancia extraordinaria, el oferente (empresario) no contará con los recursos necesarios para reinvertir, para aumentar la oferta, primer paso hacia el estancamiento económico.

Tomando en cuenta lo anterior, ¿regulamos comisiones bancarias?

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .