Presupuesto 2018, mismos desequilibrios
En México rige la “Ley Campoamor” del poeta Ramón Campoamor, que dice “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según del color del cristal con que se mira”.
En México rige la “Ley Campoamor” del poeta Ramón Campoamor, que dice “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según del color del cristal con que se mira”.
En algún momento de su más reciente gira internacional AMLO, al referirse al tema alimentario, afirmó que, de ganar, “vamos a producir en México”, y que “ya no compraremos en el extranjero lo que consumimos”, afirmación propia del nacionalismo económico, que será nacionalista, pero que nunca es (porque no puede serlo) económico.
La creencia de que un líder carismático, idealista, surgido del pueblo que lucha en contra de las élites para transformar un país y llega al poder ya sea a través de una revolución, ganando una elección o por otras vías sin más apoyo que el de los ciudadanos, del hombre de a pie, de la calle, suena bonito, muy romántico, captura la imaginación de millones de personas, pero es algo que definitivamente forma parte de la ciencia ficción y no de la vida real.
Yon Goicoechea escribe desde la cárcel, donde se encuentra desde hace un año y a pesar de que hoy no hay ninguna condena ni cargo en su contra.
CARACAS – Escribo esto desde la celda en los calabozos del Sebin, la policía secreta venezolana. Tengo 32 años y he sido un activista democrático durante los últimos doce años. Tengo dos hijos, de 8 y de 5 años, que son mi sol y mi luna. Tengo una esposa a la que amo y que ahora debe cargar con el peso de estar casada con un prisionero político.
Leemos, en el artículo 27 de la Constitución, que “la propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada”, (…) y que “la Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público,” todo lo cual no pasa de ser constitucionalismo ficción.
Cuando se enteró de la existencia de la bomba atómica, el gran historiador de temas bélicos, Bernard Brodie, le dijo a su esposa: “Hasta ahora el principal objetivo militar ha sido ganar guerras. De aquí en adelante será evitarlas”.
La razón fundamental de esta forma de pensar, son las nuevas reglas del juego. La humanidad jamás había tenido en sus manos a través del arsenal nuclear, semejante poder de destrucción.
Usted o yo amigo lector, no podemos acercarnos a un alto mando del ejército para preguntarle: “¿En cuántas guerras nucleares ha participado usted mi General?”. No hay experiencia previa y por eso también cuesta mucho trabajo evaluar, imaginar las consecuencias en caso de que se desate un conflicto de esa magnitud.
En su informe del 2015, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismo público “autónomo”, señaló que del 2012 al 2014 el número de pobres aumentó en dos millones. Ese dato le cayó como una “cubetada” de agua fría al gobierno del presidente Peña Nieto, que presumía de haber incrementado el gasto en ayuda a los pobres en 22% en ese mismo periodo. En el informe dado a conocer a finales de agosto de 2017, que abarca el 2015 y el 2016, con base en una nueva metodología, desaparecen los dos millones de pobres que se habían sumado con la metodología anterior.
La inversión directa (ID), es la que apuntala o abre empresas, produce bienes y servicios, crea empleos y les permite, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingresos. Tengamos en cuenta todo lo que depende de la ID: producción de bienes y servicios, creación de empleos y generación de ingresos, todo lo cual repercute directamente en nivel de bienestar de las personas.
Según la clasificación del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, CONEVAL, en 2010, 2012, 2014 y 2016 padeció pobreza extrema, respectivamente, el 11.3, 9.8, 9.5 y 7.6 por ciento de los mexicanos. Para los mismos años padeció pobreza (sin adjetivos) el 46.1, 45.5 46.2 y 43.6 por ciento de la población de este país.
Para medir la pobreza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL, toma en cuenta, primero, el nivel de bienestar y, segundo, el número de carencias sociales.
El nivel de bienestar depende del ingreso, y tres son los posibles resultados: 1) que el ingreso no alcance, ni siquiera, para comprar la canasta básica alimentaria; 2) que el ingreso sí alcance para comprar la canasta básica alimentaria pero no para obtener la canasta básica no alimentaria; 3) que el ingreso sí alcance para comprar la canasta básica alimentaria y para procurarse la no alimentaria.
El Sistema Nacional Anticorrupción se puede volver un instrumento que garantice la impunidad de todos los altos funcionarios del actual sexenio, si el PRI logra su objetivo de imponer un fiscal “a modo”, que sea teóricamente el responsable de combatir la corrupción en los próximos nueve años. Tiempo suficiente para que prescriban los actuales delitos relacionados con la corrupción.
La presión para que el Procurador General de la República, propuesto por el Presidente y miembro del PRI, ocupe el cargo de fiscal anticorrupción es una de las causas que atrasa su nombramiento.
Ya publicó el INEGI la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) correspondiente al 2016 y, seguramente, uno de los temas más socorridos va a ser el de la desigualdad en materia de ingresos, misma que es considerable.
En ingreso promedio mensual de los hogares en México, el año pasado, fue 14 mil 345 pesos. En el 10 por ciento de los hogares más ricos el ingreso promedio mensual fue de 53 mil 606 pesos. En el otro extremo, en el 10 por ciento de los hogares más pobres, el ingreso promedio mensual fue de 2 mil 273 pesos. Así las cosas, el ingreso promedio mensual del 10 por ciento de los hogares más ricos resultó 24 veces mayor que el ingreso promedio mensual de los hogares más pobres, lo cual demuestra lo dicho: la desigualdad, en materia de ingresos, en este país, es considerable, algo que, sin lugar a dudas, subrayarán quienes consideren que ese, la desigualdad, y no la pobreza, es el problema.
La violencia de género tiene muchos rostros, desde la que se efectúa en la relación de pareja, en el acoso sexual en el trabajo, como el escándalo de una azafata acosada por un piloto de Interjet, la trata de personas con fines sexuales, feminicidios, violaciones con secuestro temporal, entre otras muchas formas de ejercerla.
Sin embargo, igual que las monedas, puede haber dos caras en este mismo problema.
El año 2005 fui invitado a Caracas por una semana, a investigar la famosa “revolución bolivariana” de Chávez. Recuerdo que en esa época, luego de entrevistar a personajes líderes de diversos sectores, mi conclusión fue que Chávez había llegado al gobierno utilizando la mascarada de la democracia para convertirse en dictador y no dejar jamás el poder. Desde entonces he dicho a mis amigos venezolanos que la democracia era una ilusión que el régimen chavista utilizaba para legitimar su dictadura. También era claro que con su política socialista el país quedaría totalmente arruinado.
Mientras las nuevas subidas de impuestos revolotean ya en los alféizares de los contribuyentes, conviene recordar que cuando se viola la libertad de los ciudadanos, éstos suelen reaccionar, en función de sus posibilidades y de los márgenes que el poder les conceda.
Una de las promesas de la campaña de Donald Trump era que iba retirar a Estados Unidos del tratado de libre comercio con México y Canadá. Era el “peor acuerdo comercial en la historia”, según el candidato. De presidente, descubrió que no es tan simple removerse de un acuerdo internacional, por lo que ahora lo quiere renegociar. En el camino, Trump nos está haciendo recordar que un país poderoso tiene pocas herramientas para realmente ayudar a los países pobres —entre estas, el libre comercio— mientras que puede causar muchos problemas.
La posición del presidente Donald Trump sobre el Tratado de Libre Comercio con México, paradójicamente, se parece a la sostenida hace 22 años por muchos industriales mexicanos que crecieron a la sombra del proteccionismo, y a la izquierda mexicana, la cual afirmaba que mediante el TLCAN los gringos se apoderarían de la economía de México, no teníamos qué venderle ni éramos competitivos. Inundarían el país de productos americanos, generarían desempleo y pobreza.
Si por comercio entendemos el intercambio entre compradores y vendedores, todo comercio es libre en el sentido de que cada una de las partes, por un lado el demandante, por el otro el oferente, participa voluntariamente, con la intención de elevar su nivel de bienestar. Cada una de las partes valora más lo que recibe que lo que da, y el resultado del intercambio es el bien común. Común: ambas partes ganan. Bien: ambas partes ganan.
Hoy que se sigue un proceso judicial al exgobernador de Veracruz Javier Duarte y que el consorcio brasileño Odebrecht está siendo investigado en su propio país por sobornos, después que en Estados Unidos fuera multado con dos mil seiscientos millones de dólares por realizar pagos ilegales para ganar licitaciones de obra pública, es bueno recordar que se ha cuestionado que el gobierno duartista privatizara el suministro de agua y concesionara a Odebrecht
Durante los primeros cuatro años del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, la ya maltrecha petrolera estatal agudizó sus desequilibrios debido a la corrupta y pésima administración que culminó con la tardía decisión de cambiar a su director, en gran parte responsable del empeoramiento de sus finanzas.