El gobierno y las necesidades

El gobierno puede hacer tres cosas: garantizar derechos, satisfacer necesidades, defender intereses, debiendo tener claro que unos son los derechos, otras las necesidades y otros los intereses. De una u otra manera, en mayor o menor medida, el gobierno realiza las tres tareas. Tenemos, para empezar, las secretarías de la Defensa y Marina, encargadas, entre otras cosas, de hacer valer los derechos de los mexicanos (por ejemplo: frente a violaciones de extranjeros). Tenemos, para continuar, las secretarías de Desarrollo Social, Educación, Salud, cuyas tareas son, principalmente, satisfacer necesidades (por ejemplo: alimentación, atención médica, educación). Tenemos, para terminar, la Secretaría de Cultura, encargada, fundamentalmente, de defender los intereses de los creadores de arte (por ejemplo: obtener subsidio para sus creaciones).

La pregunta importante no es qué puede hacer el gobierno, sino qué debe hacer o, dicho de otra manera, ¿cuáles son sus legítimas tareas, aquellas a las cuales no puede renunciar sin dejar de ser gobierno? Estamos de acuerdo que garantizar los derechos (que realmente lo sean) de los ciudadanos es legítima tarea del gobierno. Las dudas surgen al considerar las otras dos posibilidades: satisfacer necesidades, defender intereses. Centro la atención en la primera, dado un tweet de José Antonio Meade, que trascribo tal cual: “Porque cada persona en México tiene necesidades muy particulares, éstas serán atendidas de manera individual mediante el Registro Nacional de Necesidades de Cada Persona”, lo cual supone la intención de llevar al Estado Benefactor hasta sus últimas consecuencias, y escribo intención porque del plato a la boca se cae la sopa.

Ningún gobierno puede darle todo a todos, por lo que solo es capaz de darle algo a algunos, y ese algo que a algunos les da previamente se lo tuvo que haber quitado a alguien más. Cada vez que el gobierno satisface las necesidades de alguien lo hace con recursos extraídos del bolsillo de alguien más. ¿De qué se trata? De la redistribución del ingreso: quitarle a A lo que es de A para darle a B lo que no es de B o, dicho de otra manera, obligar a A, por medio del gobierno, a ayudar a B, ayuda que debe ser voluntaria, no impuesta.

Dado que el gobierno no puede darle todo a todos, por lo que solamente les da algo a algunos, y dado que ese algo que a unos les da previamente se lo tuvo que haber quitado a otro, es que la propuesta de Meade para satisfacer las necesidades de los mexicanos no pasa de ser una intención impracticable, sobre todo si pretende, ¡tal y como debe ser!, atender las necesidades de todos los mexicanos, ¿por que dónde quedaría la legitimidad de un gobierno que, en materia tan importante como la satisfacción de las necesidades, discriminara entre los ciudadanos, atendiendo las de unos y desatendiendo las de otros?

Nunca pensé que Meade propusiera algo tan ridículo.

 

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .