La inflación se mide, no por el comportamiento de los precios de algunos bienes y servicios, cuyos cambios dependen de las variaciones en sus ofertas y demandas, sino por el comportamiento del Índice Nacional de Precios al Consumidor, cuyas variaciones dependen de los cambios en la demanda y oferta agregadas.
Hay que distinguir entre las presiones inflacionarias, ocasionadas por el aumento en los precios de algunos bienes o servicios, y la inflación, el aumento en el Índice Nacional de Precios al Consumidor. Para que las presiones inflacionarias se conviertan en inflación debe aumentar en exceso la cantidad de dinero que se intercambia en la economía, que se usa para demandar bienes y servicios, responsabilidad de los bancos centrales.
Entre abril de 2020 y febrero de 2022 la inflación repuntó de 2.15 a 7.22 por ciento, 5.07 puntos porcentuales, 235.81 por ciento. De este tamaño ha sido el repunte en la inflación, que se encuentra lejos de la meta puntual del Banco de México, tres por ciento.
Llama la atención que las autoridades monetarias, al explicar el repunte en la inflación, no mencionan su causa, que es el excesivo aumento de la cantidad de dinero que se intercambia en la economía, por lo que esas explicaciones resultan incompletas, por no decir engañosas.
En el Informe Trimestral del Banco de México, correspondiente a octubre – diciembre del 2021, que consta de 125 páginas, se mencionan, una y otra vez, las causas de las presiones inflacionarias (por ejemplo: “las presiones al alza sobre los precios de múltiples bienes y servicios derivadas de los choques ocasionados por la pandemia de Covid (que) se han ido intensificando), pero no a la causa de la inflación (el incremento excesivo de la cantidad de dinero que se intercambia en la economía).
En las 125 páginas del informe no hay una sola gráfica, ni un solo cuadro, relacionados con el comportamiento de la cantidad de dinero que se intercambia en la economía, mucho menos alguna referencia a su aumento excesivo.
Increíble, por decir lo menos, que en las explicaciones de las autoridades monetarias del repunte inflacionario no se mencione, ni remotamente, el comportamiento de la cantidad de dinero que se intercambia en la economía, que en México se ha incrementado de manera excesiva.
El Banco de México no es responsable de las presiones inflacionarias, pero sí de que las mismas se conviertan en inflación, y es preocupante que, en sus explicaciones del repunte inflacionario, no mencionen el comportamiento de la cantidad de dinero que se intercambia en la economía, sin olvidar que el Banco de México tiene metas de inflación, grave error, aunque los keynesianos opinen lo contrario.
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