En el anterior artículo comenté el resultado de la inversión fija bruta para diciembre, parte importante de la inversión directa, de la que dependen producción, empleos, ingresos y bienestar, y que, en términos anuales, comparando con el mismo mes del año anterior, creció 10.3 por ciento, 4.65 puntos porcentuales más, 82.30 por ciento, que el promedio mensual entre enero y noviembre, 5.65 por ciento, y que, en términos mensuales, comparando con el mes anterior, creció 2.7 por ciento, 2.04 puntos porcentuales más, 309.09 por ciento, que el promedio mensual entre enero y noviembre, 0.66 por ciento. Buenos resultados tanto en términos anuales como mensuales.
Toca ahora analizar, también para el mes de diciembre, y con la información del INEGI, el comportamiento del consumo privado, que es la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país, excluyendo la adquisición de bienes inmuebles y objetos lujosos, buen indicador del bienestar que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se dispone, la mayoría de los cuales hay que comprar.
En términos anuales, comparando con el mismo mes del año anterior, en diciembre el consumo privado creció 3.8 por ciento. ¿Bien o mal? Entre enero y noviembre el crecimiento promedio mensual del consumo privado fue 6.92 por ciento. En diciembre fue 3.8, 3.12 puntos porcentuales menor, 45.09 por ciento. Además hay que tomar en cuenta que se sumaron cuatro meses consecutivos de crecimiento cada vez menor: agosto 7.2, septiembre 6.0, octubre 5.7, noviembre 4.1, diciembre 3.8 por ciento. Mal resultado el de diciembre.
En términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, en diciembre el consumo privado creció 1.0 por ciento. ¿Bueno o malo? Entre enero y noviembre el crecimiento promedio mensual del consumo privado fue 0.24 por ciento. En diciembre fue 1.0, 0.76 puntos porcentuales mayor, 316.67 por ciento. Además hay que considerar que en diciembre se revirtió la tendencia hacia un crecimiento cada vez menor de los últimos tres meses: agosto 0.7, septiembre 0.2, octubre 0.1, noviembre menos 0.7, diciembre 1.0 por ciento. Buen resultado el de diciembre.
Ya contamos con el Indicador de Confianza del Consumidor para febrero, que va de cero (total desconfianza) a cien (confianza total), mayor o menor confianza que puede traducirse en mayor o menor consumo privado, y que ha venido mejorando desde agosto del año pasado, mes en el cual alcanzó su nivel mínimo para el 2022: agosto 40.9 puntos, septiembre 41.0, octubre 41.0, noviembre 41.7, diciembre 42.5, enero 44.2, febrero 44.8.
Con relación a la situación de la economía familiar dentro de doce meses, en febrero de 2024, el Indicador de Confianza del Consumidor fue de 56.1 puntos, el más alto de todos los considerados por el INEGI, por lo que podríamos esperar que, ceteris paribus, primero en términos mensuales, y luego anuales, el consumo privado mejore en los próximos meses, lo cual reduciría la escasez y elevaría el bienestar de las familias, siendo éste el fin de la economía, cuyo logro en México todavía deja mucho que desear.
En materia de consumo privado, y por lo tanto de bienestar, en diciembre pasado, buenos resultados mensuales y malos anuales, y, en materia de confianza del consumidor, seis meses consecutivos de mejora.
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