El jueves 15 de abril se inauguró el Centro Ricardo B. Salinas Pliego; “libertad para la innovación y la prosperidad incluyente” se trata de un centro de reflexión y aglutinador de importantes programas de transformación social que auspicia el grupo Salinas. Este Think Tank tiene por líneas de reflexión y acción la libertad, estado de derecho, innovación, arte y cultura, liderazgo y emprendimiento. Que importantes áreas, no solo para el desarrollo de un país, sino para el individuo en sí.
Se significó al centro como un legado en el mayor sentido de la palabra; si partimos que es la herencia lo que dejamos para alguien y el legado lo que dejamos en alguien, se determina que la trascendencia siempre está en el plano de las ideas. Afectar el presente para aprovechar el pasado y construir el futuro. La historia de las ideas es compleja, las hay forjadas en las peores condiciones, pero también aquellas que brotan de la placidez y la bonanza, como escribió H. G. Wells; “La historia humana es una historia de las ideas”, la ideas importan, pero son aquellas que alcanzan forma y se observan, las que valen.
Un centro capaz de asentir y también de disentir constituye un motivo de festejo, mejor aún es que se genere desde la sociedad, desde lo particular, que es a quienes compete también la emisión de políticas privadas a la par de las públicas para sembrar comportamientos y modelos. El centro retribuye y también construye socialmente. Las empresas hoy se encuentras sometidas al concepto de “licencia social”, este se expresa con la aceptación que la sociedad dispone para poder generar riqueza, no solo se trata de estar en donde “hay” o se “puede” (para referirnos a las condiciones materiales y legales) sino también en donde se “quiere”, ahí surge el licenciamiento social.
La empresa y el empresario no puede alejarse de su realidad física o material insertada en una sociedad, por ello la pasión y el ahínco debe ser moralmente exigido para reconstruir lo maltrecho. Como la astrología expresa lo oculto e irreal de la astronomía, parece que la economía lo expresa de la ecología. Si el mundo arde también las bolsas lo harán, la empresa se debe no solo a su entorno natural sino también al social, el desgarro social pasará la factura si no se anticipan acciones y transformaciones. La misión del empresariado va más allá de construir riqueza, se trata de modelar conductas y valores para cimentar, firmemente, una sociedad. El concepto de bienestar debe ser congruente y ahí la importancia del licenciamiento social. Aplaudo la creación colectiva en los momentos de una sociedad marcada por un fuerte individualismo. No está de moda construir, lo que parece ser una tendencia es destruir, no solo en el país sino en el mundo entero. Bien por aquellos que hacen algo por cambiar el entorno. Bien se hace en fundamentar sobre la prosperidad compartida el concepto de desarrollo. Seguramente conforme se vayan llenando los grandes y graves vacíos que los diversos modelos políticos y económicos aún mantienen, se incluirán nuevos conceptos que permitan redefinir la prosperidad, la libertad y el bienestar. No es una labor gubernamental, es una labor compartida.