Proteccionismo: injusto e ineficaz

Supongamos una situación de libre comercio: los consumidores, comprando o dejando de comprar, sin ninguna intervención del gobierno, determinan la composición (el qué) y el monto (el cuánto) de las importaciones. Se importa lo que los consumidores compran y en las cantidades que compran.

El libre comercio es éticamente justo y económicamente eficaz. Éticamente justo porque respeta el derecho a la libertad de los consumidores para comprar lo que les dé la gana (producto nacional o extranjero), a quien les dé la gana (vendedor nacional o extranjero), en donde les dé la gana (en el país o en el extranjero). Económicamente eficaz, en primer lugar, porque las importaciones aumentan la cantidad y/o calidad y/o variedad de los bienes ofrecidos, condición necesaria para que los consumidores eleven su bienestar. En segundo lugar porque las importaciones generan competencia a los productores nacionales, obligándolos a volverse más productivos (capaces de hacer más con menos), para poder ser más competitivos (capaces de ofrecer a menor precio, mayor calidad y mejor servicio), en beneficio de los consumidores.

Supongamos que, partiendo de una situación de libre comercio, el gobierno elige el proteccionismo, por el cual, en mayor o menor medida, de una u otra manera, determina la composición (el qué) y el monto (el cuánto) de las importaciones. Se importa lo que permite que se importe, en las cantidades que permite.

Si el libre comercio es éticamente justo y económicamente eficaz, ¿qué tan eficaz y justo resulta el proteccionismo? Supongamos que el gobierno prohíbe la importación del bien X. Primera consecuencia: viola el derecho a la libertad de los consumidores para comprar lo que les dé la gana, a quien les dé la gana, en donde les dé la gana, por lo que resulta injusto. Segunda consecuencia: reduce la cantidad, calidad y variedad de bienes ofrecidos a los consumidores, limitando sus posibilidades para lograr un mayor bienestar, por lo que resulta ineficaz. Tercera consecuencia: elimina la competencia que esas importaciones traerían consigo, eliminando un incentivo para que los productores nacionales se vuelvan más productivos y más competitivos, por lo que nuevamente resulta ineficaz.

El proteccionismo resulta éticamente injusto y económicamente ineficaz, y sin embargo hay quienes lo defienden y practican, tal y como es el caso de Trump. ¿Cómo lo justifican? Precisamente por la protección que les brinda los productores nacionales, lo cual parte de una falsa creencia: que la producción es más importante que el consumo, por lo que hay que protegerla de la competencia, por lo menos de la que traen consigo las importaciones, permitiéndoles a los productores nacionales cobrar el mayor posible, obtener la mayor ganancia posible, a costa del bolsillo de los consumidores.

El proteccionismo es injusto e ineficaz. Debería prohibirse.

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .