Buena parte de las preguntas que nos hacen a los economistas tienen que ver con el futuro. ¿Cuánto crecerá la economía? ¿Cómo terminará la inflación? ¿En cuánto andará el tipo de cambio? ¿Qué pasará con las tasas de interés? ¿Se recuperará o no el precio del petróleo? Y así, muchas más, como si los economistas, además de economistas, fuéramos adivinos. Obvio, no lo somos, y para comprobarlo basta revisar nuestras predicciones, en las que encontramos dos constantes: el cambio entre una y otra encuesta; la discrepancia entre uno y otro encuestado.
Lo anterior viene a cuento porque ya tenemos los resultados, para septiembre, de la Encuesta Sobre las Expectativas de Especialistas en Economía del Sector Privado, que mes tras mes levanta el Banco de México. Centro la atención en la variable que más preocupa, el crecimiento de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, el Producto Interno Bruto, PIB.
Hace un año, en septiembre de 2019, la media de las 37 respuestas recibidas a la pregunta por el crecimiento de la economía en 2020 fue 1.35 por ciento. Un año después, en septiembre pasado, el promedio fue menos 9.82 por ciento. ¡Vaya que se equivocaron los economistas encuestados! Pasaron de una predicción de crecimiento del 1.35 por ciento a otra de un decrecimiento del 9.82 por ciento. Claro, porque en el ínterin se atravesó algo que nadie previó, el Efecto Covid 19. Ese es el problema a la hora de predecir el futuro: la aparición de eventos impredecibles, que nunca faltan.
¿Una muestra más de que somos economistas, no adivinos? Con gusto. Para 2020, según la media de las 37 respuestas recibidas, se espera un crecimiento de la economía de menos 9.82 por ciento. Pero ésta es la media, con todas las ventajas y desventajas que tiene trabajar con promedios. De las 37 respuestas recibidas la más pesimista proyecta un crecimiento del menos 11.20 por ciento y la menos pesimista del menos 8.30 por ciento. La diferencia es de 2.9 puntos porcentuales, equivalentes al 34.9 por ciento a la alza (de 8.30 a 11.20), y al 25 9 por ciento a la baja (de 11.20 a 8.30).
Dos son las principales características de las predicciones de los economistas. Primera: cambian cada vez que se hace una encuesta, a veces más, a veces menos, pero siempre cambian. Segunda: las considerables discrepancias, en la misma encuesta, entre las predicciones de los distintos economistas encuestados, diferencias que podrán ser mayores o menores, pero que siempre se dan.
Cito a John Kenneth Galbraith: “La característica más común del futurólogo económico no es la de saber, sino la de no saber que no sabe. Su máxima ventaja es que todas las predicciones, acertadas o inexactas, se olvidan con rapidez”.
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