El desempeño de una economía debe medirse por el bienestar de las familias, bienestar que depende de tres variables: la cantidad, la calidad y la variedad de los bienes y servicios de los que disponen. La cantidad debe ser suficiente, la calidad debe ser la adecuada, la variedad debe ser la correcta. Sin la combinación correcta de estas tres variables el bienestar no será el que debe ser.
Si el desempeño de una economía debe medirse por el bienestar familiar, mismo que está en función de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios disponibles, disposición que depende de la capacidad de compra de las familias, entonces el ingreso, en general, y su poder adquisitivo, en particular, es una variable importante.
El ingreso, y su poder de compra, influyen en el bienestar de las familias, poder de compra con relación al cual existen tres posibilidades: que aumente, que se reduzca, que se preserve. Que aumente: con la misma cantidad de ingreso, al paso del tiempo, se compra una mayor cantidad de los mismos bienes y servicios. Que se reduzca: con la misma cantidad de ingreso, al paso del tiempo, se compra una menor cantidad de los mismos bienes y servicios. Que se preserve: que con la mis cantidad de ingreso, al paso del tiempo, se compre la misma cantidad de los mismos bienes y servicios. ¿Cuál de las tres opciones es la que conviene? Obviamente la primera: que el ingreso aumente su poder de compra. Desafortunadamente (suponiendo que ello dependa de la fortuna), en México vamos en la dirección contraria.
¿Qué pasó con el poder de compra del ingreso laboral en 2017? Ya tenemos, para el cuarto trimestre del año pasado, la información referente al Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza, que calcula y publica el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social y, en términos generales, estos son los resultados (cito del documento oficial): 1) “El poder adquisitivo del ingreso laboral disminuyó 2.5 por ciento entre el cuarto trimestre de 2016 y el cuarto trimestre de 2017”; 2) “El porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo (precio) de la canasta alimentaria aumentó de 40.0 a 41.0 por ciento entre el cuarto trimestre del 2016 y el cuarto trimestre de 2017”.
Si con esta sola variable, estrechamente vinculada con el bienestar de las familias, midiéramos el comportamiento de la economía mexicana, ¿qué calificación la daríamos para el 2017? ¿Aprobada? ¿Reprobada?
¿Cuál pudo ser la causa de la disminución en el poder adquisitivo del ingreso laboral y del aumento en el porcentaje de la población que genera un ingreso que no le alcanza para comprar la canasta alimentaria? El repunte en la inflación, que pasó de 3.36 por ciento en 2016, a 6.77 puntos porcentuales en 2017, ¿tuvo algo que ver? Y si así fue, ¿quién es el responsable? Y si hay un responsable, ¿de qué manera se responsabilizará?
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