“No es falso, pero tampoco es verdadero” expresó Ana García Vilchis, vocera encargada de la sección “quien es quien en las mentiras” espacio semanal incrustado en las ruedas de comunicación que tiene el presidente López Obrador diariamente y que con el poder de la costumbre se han llamado: “las mañaneras”. la frase surgió cuando se refirió a la nota que expresaba que México había caído nueve lugares en la lista de países y corrupción.
El argumento se hundió un poco más cuando declaró que la lista se había movido, pero no por falta de acción, sino porque se incorporaron nuevos países menos corruptos que México. La expresión es desafortunada, y aunque expresa una situación emocional, no podemos encontrarnos en semejante aporía, es decir ante un callejón sin salida
Muchas y muy famosas aporías hay, entre ellas aquella que cuenta sobre un tribunal instalado junto al puente sobre un rio. Una sola encomienda tenía; colgar en la horca a todo aquel que mintiera sobre el motivo por el que habían cruzado el puente. En una ocasión se enfrentaron ante un tipo que declaró: crucé para que me ahorcaran, ¿Qué deben hacer los jueces? ¿Matarle cometiendo una injusticia o dejarle pasar e incumplir su función?
La política es eso, un callejón complicado, repleto de imágenes ensombrecidas, sobre cualquier acción es menester contar con la claridad de la luz, una claridad que implica el verdadero motivo, el discurso. ¿Cómo expresar la frustración?, ¿cuál es la frustración? Y ¿por qué debe sentirse frustración? resuenan fuerte.
La política es un arte que avanza bajo las pisadas de la comunicación, todo se comunica, y sobre lo comunicado se comunica aún más. Los motivos que nos mueven siempre caen en lo que dirige, persiste o intensifica lo que hacemos y ahí está el mensaje. Comunicamos de muchas formas, a veces consciente y otras veces inconscientemente, pero comunicamos.
¿Cómo se comunican los resultados de un gobierno?, lejos de la inversión en medios, que se sigue dando solo que ahora con un ejercicio diferente como es en las mañaneras, los mensajes deben caer. El Quijote enseñó a Sancho, cuando lo preparó para ser gobernador de la ínsula de Barataria, le dijo; que la gente te reconozca por ser justo y leal. Tal consejo continúa, pues las conversaciones son las que crean organizaciones, la gente comunica lo que sabe, independientemente de la certeza o falsedad de lo mismo, ese saber se amalgama con el sentir, el creer e incluso el ignorar. ¿cómo evaluar los resultados? ¿En qué medida se debe evaluar? Si es económico el avance en el combate a la corrupción, ¿Cuál es?, si es moral la percepción de combate; ¿Cómo es? Es muy riesgoso depositar todo el combate a la percepción de venganza o castigo al responsable, no me malinterprete ni suponga que no considero importante erradicar la impunidad, pero que toda la estrategia descanse sobre ello, es aventar a otro poder la encomienda.
No es falso, pero no es verdadero parece resonar en un combate que debe ser sistémico, integral y sobre todo contar con claridad en su comunicación. De otra manera ¿Cómo se mide el éxito?