Estos fueron los cinco temas de cooperación que le planteó AMLO a Biden, con relación a los cuales hago un primer cometario, desde un punto de vista general, sin entra en detalles.
Primero: permitir, de parte del gobierno mexicano, que ciudadanos estadunidenses compren gasolina en México, aprovechando los menores precios de los combustibles.
Segundo: poner a disposición del gobierno estadounidense más de mil kilómetros de gasoductos para trasportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California, con lo cual se podría abastecer hasta a tres millones de personas.
Tercero: eliminar aranceles a alimentos, tanto de parte del gobierno mexicano, como del estadounidense.
Cuarto: iniciar un plan de inversión pública y privada entre ambos países para producir bienes que fortalezcan nuestros mercados y, con ello, evitar importaciones.
Quinto: permitir que obreros, técnicos y profesionales mexicanos y centroamericanos ingresen legalmente a Estados Unidos a través de visas temporales de trabajo para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra.
Estos fueron los cinco temas de cooperación que le planteó AMLO a Biden. ¿Qué decir?
Que en términos generales apuntan en la dirección correcta, a favor de una mayor globalización entre los dos países, entendida como el proceso por el que los gobiernos mexicano y estadounidense reducen o eliminan las barreras que, de manera por demás arbitraria, impusieron a las relaciones entre sus ciudadanos, impidiendo que establecieran libremente las que más les convinieran, comenzando por el ámbito de la economía, en general, y del comercio y del trabajo, en particular.
Ejemplos de lo anterior lo tenemos en la propuesta para permitir que ciudadanos estadounidenses compren gasolina en México; en la propuesta para eliminar, de parte de ambos gobiernos, aranceles al comercio de ciertos alimentos; en la propuesta a favor del otorgamiento, de parte del gobierno estadounidense, de visas temporales de trabajo.
¿De qué se trata? De facilitar las relaciones, comerciales y laborales, entre mexicanos y estadunidenses, lo cual apunta hacia una mayor globalización o, dicho de otra manera, hacia menos lastres y obstáculos impuestos por los gobiernos a las relaciones entre mexicanos y estadounidenses, relaciones que nunca debieron limitarse, ni mucho prohibirse, en primer lugar por un tema de justicia: el respeto a la libertad individua para que mexicanos y estadounidenses se relacionen, comercial y laboralmente, como más les convenga, para lo cual los gobiernos deben permitir el libre comercio (que las mercancías vayan y vengan sin ningún lastre u obstáculo impuesto por los gobiernos) y el libre tránsito de personas (que la gente vaya y venga igual que las mercancías, sin ningún lastre u obstáculo impuesto por los gobiernos).
Si bien de manera muy tímida, dada la cantidad de los lastres y obstáculos que ambos gobiernos siguen imponiendo a las relaciones entre estadounidense y mexicanos, relaciones que distan mucho de ser libres, los cinco temas de cooperación propuestos por AMLO apuntan en la dirección correcta. Una vez propuestos la pregunta, sobre todo en lo relacionado con el otorgamiento de visas temporales de trabajo, es, ¿cuál será la respuesta del gobierno estadounidense?
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