La inversión en el PND

El principal reto en la economía mexicana es el crecimiento, que en los últimos 35 años ha sido 2.3 por ciento en promedio anual, crecimiento mediocre que limita las posibilidades para que los mexicanos alcancemos mayores niveles de bienestar, algo que, en un país en el cual el 44 por ciento de la población sobrevive en la pobreza, es inaceptable.

Reformas estructurales van y vienen, primero las de Salinas de Gortari, luego las de Peña Nieto, y no hay manera de que la economía mexicana crezca, en promedio anual, por arriba de 2.3 por ciento ya mencionado. AMLO ha dicho que el crecimiento promedio anual de la economía en su sexenio será del 4.0 por ciento, lo cual será, si no imposible, sí muy difícil.

Según los resultados de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, correspondiente a abril, levantada por el Banco de México, el crecimiento promedio anual de la economía durante la primera mitad del sexenio (2019 – 2021) será 1.76 por ciento, por lo que, para que el crecimiento promedio anual durante todo el sexenio sea 4.0 por ciento, será necesario que la economía crezca, a lo largo de la segunda mitad del sexenio (2022 – 2024), 6.24 por ciento en promedio anual, lo cual no resulta imposible pero sí muy difícil. A la pregunta ¿cuál será el crecimiento promedio anual de la economía en los próximos diez años (2020 – 2030)?, la media de las 39 respuestas recibidas es 2.20 por ciento.

Dado que el crecimiento de la economía se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, y dado que ésta depende de las inversiones directas, que son las que producen bienes y servicios, es que las inversiones directas son la causa eficiente del crecimiento de la economía. Si la economía ha de creer más se han de producir más bienes y servicios, y si se han de producir más bienes y servicios se ha de invertir directamente más, y si se ha de invertir directamente más se han de generar las condiciones de seguridad y confianza para que los empresarios decidan invertir directamente más.

Al respecto leemos en el Plan Nacional de Desarrollo 2019 – 2024 que “se alentará la inversión privada, tanto la nacional como la extranjera, y (que) se establecerá un marco de certeza jurídica, honestidad, transparencia y reglas claras”, precisamente lo que no se está haciendo, tal y como lo muestra, desde la cancelación de la construcción del NAICM en Texcoco, hasta la asignación directa de contratos, sin licitación, todo lo cual genera inseguridad y desconfianza entre los empresarios.

Según la encuesta del Banco de México, solamente el 5 por ciento de los economistas encuestados considera que el actual es un buen momento para invertir, el 37 por ciento no está seguro, y el 58 por ciento cree que es un mal momento. Y lo es.

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .