Hay que distinguir entre el Segundo Informe de Gobierno y el mensaje que dio AMLO en Palacio Nacional. Centro la atención en lo que, en el mensaje, dijo AMLO con relación a la economía, que no fue nada nuevo. Reiteración de lo que viene diciendo en las mañaneras.
Lo primero que llama la atención es que para AMLO la política económica (creación de riqueza y generación de ingreso) es política social (redistribución del ingreso y de la riqueza). Dijo que “estamos enfrentando la crisis económica provocada por la pandemia con una fórmula distinta, peculiar, heterodoxa, diría única en el mundo”, basada, obviamente, en la Economía Moral. ¿En qué cosiste esa fórmula? En ayudar a los pobres y no rescatar empresas, es decir, en política social (redistribución del ingreso y la riqueza) y no en política económica (creación de riqueza y generación de ingreso). Solo política social (redistribución del ingreso) sin política económica (generación de ingreso) no resulta.
Lo dijo claramente: “No emprendimos un rescate económico elitista para atenuar los efectos de la pandemia, pero es un timbre de orgullo poder decir que ayudamos por medio de los programas sociales a 23 millones de familias”. Dicho con otras palabas: no pusimos en práctica una política fiscal anticíclica, con el fin, no de rescatar empresarios, sino de preservar puestos de trabajo y fuentes de ingresos en las empresas, que es la mejor manera de ayudar a la gente, pero sí redistribuimos el ingreso a favor de las familias más necesitadas, que es la manera de generar dependencias, clientelas presupuestarias, incondicionalidad política.
Queda claro que para AMLO la recesión es producto del Covid-19 (habló de “la crisis económica provocada por la pandemia”), olvidando que antes de que iniciara la jornada de sana distancia (23 de marzo) y el cierre parcial de la economía (1 de abril), ya sumábamos tres trimestres de crecimiento negativo, producto de malas decisiones que se tradujeron en desconfianza empresarial, en desplome de las inversiones directas, en contracción de la producción, el empleo y el ingreso. Ni una sola autocrítica al respecto y, por ello, ni una sola rectificación.
Destacó lo que había yo señalado: que ya hay muchas muestras de que ya tocamos fondo, de que ya dejamos de hundirnos, de que ya estamos nadando hacia la superficie, pero eso no quiere decir que falte poco para salir a flote.
Insistió que “ya está en marcha la nueva política económica sustentada en la moralidad, la austeridad y el desarrollo de justicia”, política que es más social que económica, más redistribuidora del ingreso que generadora del mismo.
Mañana escribiré sobre AMLO y Adam Smith, a quien citó en su mensaje.
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