Los dos problemas

En la presentación del Paquete Económico 2020 se afirma que “los dos grandes retos de la economía mexicana son la falta de crecimiento económico y la desigualdad”. Lo bueno: se reconoce que el principal problema económico es la falta de crecimiento, y no de ahora, sino de décadas. Lo malo: se insiste en la desigualdad y no en la pobreza, que no son lo mismo, por lo que requieren soluciones distintas.

Con relación al crecimiento leemos que “desde hace 35 años, la economía mexicana ha crecido solamente a una tasa del 2.4% en promedio, esto es un nivel muy bajo para los estándares de América Latina”, y “cuando tomamos el crecimiento del ingreso per – cápita, es decir, cuando tomamos el crecimiento del PIB dividido entre toda la población, en realidad, nuestro país presenta peores cifras que el resto de los países pares latinoamericanos (…) en los últimos 35 años, ni siquiera hemos crecido al 1% anual (0.8%), mientras que el PIB per – cápita de Chile creció al 3.5%, República Dominicana al 3.0% y Costa Rica al 2.4%”, por lo que “el primer reto que el país está enfrentando es la falta de crecimiento”, que se ha agravado en esta administración.

Según la media de las 38 respuestas recibidas en la encuesta del Banco de México sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, correspondiente a agosto, el crecimiento promedio anual de la economía mexicana en los próximos diez años (2020 – 2030) será 2.1 por ciento, por debajo del promedio del 2.4 de los últimos 35 años.

Con relación a la desigualdad leemos que “México, a pesar de compararse favorablemente con algunos países de la región, presenta un índice de Gini (que mide la desigualdad en materia de ingresos, siendo cero perfecta igualdad y uno total desigualdad) de 0.434, superior al de alguno de nuestros pares como, Perú (0.433), Argentina (0.406) y Uruguay (0.395)”, desigualdad que se pretende combatir con los programas sociales prioritarios de la 4T: para el bienestar de las personas adultas mayores; jóvenes construyendo el futuro; beca universal para estudiantes de educación media superior, etc.

El problema al centrar la atención en la desigualdad (A genera más ingreso que B) y no en la pobreza (B no genera ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades), es que la solución es la redistribución del ingreso (quitarle a A para darle a B) y no la generación de ingreso (capacitar a B para que sea capaz de generar ingreso suficiente), pudiéndose perpetuar la pobreza. Además, hay que tener en cuenta que, al redistribuir ingresos, se iguala a la baja, no al alza. La pregunta la hace Thomas Sowell: ¿Puedes hacer que un golfista mediocre sea otro Tiger Woods o solo penalizar a Tiger Woods por ser mejor?

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .