El problema y la solución

AMLO dice que con la intención de que la economía crezca durante su zexenio, en promedio anual, cuatro por ciento, cambiará el modelo económico, lo cual en su caso su caso implica sustituir al modelo neoliberal por otro,  al que deberemos llamar, no posneoliberal, sino preneoliberal, porque la intención de AMLO es volver, o a los tiempos del Desarrollo Estabilizador (1958 – 1970), o la época de la Docena Trágica (1970 – 1982), todo ello anterior al período neoliberal, caracterizado por una amplia y profunda participación del gobierno en la económía, como la tuvimos antes de la era neoliberal, y que desembocó en la crisis de estancamiento con inflación de los años ochenta.

Más allá de los modelos económicos, que pueden basarse en distintas teorías económicas, desde Adam Smith (1723 – 1790), pasando por Carlos Marx (1818 – 1883), hasta llegar a John Maynard Keynes (1883 – 1946), en quienes encontramos los tres grandes troncos de los que surgen las distintas escuelas del pensamiento económico, más allá de todo ello hay una lógica que nos permite saber cuál es, al margen de consideraciones de tipo ideológico, la solución al problema económico, que es la escasez.

Que el problema económico sea la escasez quiere decir que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis, escasez que puede minimizarse, pero no eliminarse, por lo que nunca viviremos en un mundo en el cual todo alcance para todos, en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis. Nunca vamos a vivir en un mundo de total, universal y definitiva abundancia, pero sí hemos sido capaces de reducir, de manera muy importante, la escasez y, por ello mismo, de elevar el bienestar de la gente, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que pueda disponer.

Comparemos la situación que enfrentaron los primeros seres humanos en este planeta con la que enfrenta hoy un consumidor, con suficiente poder de compra, en un típico centro comercial. La cantidad, calidad y variedad de satisfactores a disposición del segundo es muy superior a la del primero, al grado que éste tenía que conformarse, si bien le iba, con satisfacer solamente sus necesidades básicas y sobrevivir, mientras que hoy el segundo es capaz, no solo de satisfacer sus necesidades básicas, sino también gustos, deseos y caprichos, pasando de lo que urgentemente necesita a lo que solamente desea.

¿Cómo le hicimos los seres humanos para reducir la escasez y elevar el bienestar, algo que ha beneficiado a todos, desde pobres hasta ricos? ¿Hay alguna receta para el progreso económico, definido como la capacidad para producir más (dimensión cuantitativa) y mejores (dimensión cualitativa) bienes y servicios para un mayor número de gente (dimensión social)?

Continuará.

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .