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El peor patrón

Tradicionalmente el Estado Mexicano ha sido un patrón abusivo e irresponsable con su plantilla de trabajadores no sindicalizados.

Siempre ha habido privilegios para los funcionarios de nivel medio alto y alto, quienes generalmente son cercanos a quien dirige una dependencia y llegan ahí por méritos políticos y consideraciones para los sindicalizados.

Sin embargo, salvo algunas excepciones, la burocracia tradicionalmente ha sido tratada con falta de respeto, en los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.

Los policías no reciben el armamento adecuado, poniendo así en riesgo su vida. El equipo de protección que usan generalmente es caduco. Además, generalmente no tienen un plan de prestaciones de largo plazo, como seguro de vida, para proteger a sus familiares acorde con el nivel de riesgos al que se enfrentan, por poner un ejemplo.

Recordemos que el inicio de la Guardia Nacional puso en evidencia las condiciones inhumanas en que este gobierno hospedaba a miembros de las corporaciones policiacas que enviaban a cubrir temporalmente zonas donde la violencia se salía de control de las autoridades locales.

Hoy vemos que el COVID ha exhibido esta falta de solidaridad y respeto para con los trabajadores de la salud, quienes en muchísimos lugares no han recibido el equipo adecuado. Incluso, en muchos casos no ha llegado oportunamente el suministro médico y los trabajadores han tenido que comprar insumos personales con sus propios recursos, como lo han manifestado en los noticieros, e incluso, los residentes que trabajan en hospitales reclaman no tener apoyos.

La 4T, bajo el argumento de generar ahorros, está llegando a extremos que la misma Ley Federal de Trabajo castigaría si estas prácticas se diesen en la iniciativa privada.

En el colmo de la incongruencia, a partir de instrucciones recientes en la Secretaría del Trabajo se ha dejado sin computadoras a los funcionarios, con lo cual se incumple la obligación de dotar de instrumentos de trabajo a su personal. Esto obligaría a los funcionarios a invertir su salario en la compra de su propio equipo. Hay funcionarios que dicen haber tenido que renunciar a su categoría laboral de “trabajadores de base”, para ser recontratados como eventuales.

Todo indica que en muchas dependencias también se están restringiendo insumos básicos como agua de garrafón, electricidad, papelería entre otros. En la Secretaría de Economía y otras dependencias más, se está llevando a cabo la misma práctica.

Estas medidas que se aplican bajo el argumento de la austeridad están pasando por encima de elementales derechos humanos y laborales.

La política laboral en el ámbito gubernamental debiese ser un ejemplo de solidaridad, pulcritud  y compromiso, para proyectar a la sociedad la “autoridad moral” necesaria para señalar cuando se comentan malas prácticas y sancionarlas.

Sin embargo, nuevamente se cumple la máxima de ver “la paja en el ojo ajeno”.

Parece haber una necesidad inconsciente de fustigar y deshacerse de la plantilla laboral heredada del “periodo neoliberal”, para lo cual el maltrato resulta ser una estrategia efectiva y sin consecuencias.

Parece ser que pasar encima de derechos humanos se justifica a partir de este afán de transformación que inspira a la 4T.

Comentario al margen

Antes éramos respetuosos de nuestros símbolos patrios. Nadie se atrevería a frivolizar al Escudo Nacional ni a nuestro Himno para promover la imagen de un funcionario público, sea quien sea.

Anda circulando en las redes sociales un video en el cual con animación digital se descompone nuestro Escudo Nacional para convertirse en imágenes de claro sentido ideológico y promocional.

Este video a alguien se le ocurrió producirlo para quedar bien con el presidente López Obrador.

Antes, hace unos años, esto hubiera sido un escándalo, pero hoy se hace con total impunidad.

Este video inicia con el Himno Nacional y el Escudo Nacional. El Escudo se fragmenta en gran número de partes y luego se recompone con imágenes ciudadanas. Después el Himno Nacional es sustituido por música comercial que prepara el contexto emocional para una imagen donde vemos una pirámide indígena estilizada, donde varios de nuestros héroes nacionales están de pie en los diferentes niveles de la pirámide, mientras el presidente López Obrador está en el vértice o cúspide de esta, de modo imponente.

Él se transfigura en el águila del Escudo Nacional y emprende el vuelo para terminar el video con las siglas AMLO.

Esto es manipulación de los símbolos patrios, con fines ideológicos y de culto personal… graves cosas parece anunciar este hecho.

¿Usted cómo lo ve?

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Ricardo Homs

Vicepresidente de la Academia Mexicana de la Comunicación, autor y conferenciante. Experto en liderazgo social, estrategias competitivas de negocios, marketing político y posicionamiento.