Increíble que se haga una consulta popular para decidir la construcción de un aeropuerto. Más increíble que se haga para decidir la continuación de la construcción de un aeropuerto con un avance de más del 30 por ciento. Más increíble, ¡todavía!, que se haga una consulta tramposa. Y sí, por más increíble que sea, ya fue. “Ganó” la opción a favor de Santa Lucía, y el todavía no gobierno de AMLO cometió lo que será recordado como el error de octubre, en alusión el tristemente célebre error de diciembre de 1994, que dio origen a lo que se conoció como el efecto tequila de 1995: crisis cambiaria que ocasionó crecimiento negativo del PIB con un considerable repunte en la inflación.
El 22 de diciembre de 1994, día del error, el tipo de cambio estaba en 3.94 pesos por dólar. El 13 de marzo de 1995 alcanzó los 7.59 pesos, lo cual dio como resultado una devaluación, en menos de tres meses, del 92.6 por ciento. ¡En solamente 81 días!
En 1994 el crecimiento de la economía mexicana, medido por el comportamiento de la producción de bienes y servicios para el consumo final, el Producto Interno Bruto, PIB, fue 4.7 por ciento. Un año después, en 1995, error de diciembre de por medio, fue de menos 5.8 por ciento. Nunca antes, en la historia contemporánea de la economía mexicana, habíamos tenido una caída de esa magnitud en la tasa de crecimiento del PIB.
En 1994 la inflación, medida por el comportamiento del Índice Nacional de Precios al Consumidor, INPC, terminó en 7.1 por ciento. En 1995, un año después, y error de diciembre de por medio, la inflación alcanzó los 52.0 puntos porcentuales, lo cual dio como resultado un repunte del 632.4 por ciento, algo nunca antes visto en la economía mexicana.
Tales fueron las consecuencias del error de diciembre. Tal fue la magnitud del efecto tequila.
Considero que el efecto del error de octubre no será una crisis cambiaria (lo cual no quiere decir que no habrá, como ya está sucediendo, depreciación del tipo de cambio) que ocasione un crecimiento negativo del PIB (mucho menos en la magnitud que se registró en 1995) acompañado de un considerable repunte en la inflación (mucho menos en las proporciones que se registraron en 1995). No creo que ese vaya ser el efecto del error de octubre.
Habrá que ver con qué fuerza el error de octubre le pega a la competitividad del país, a su capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, que son las que producen bienes y servicios, crean empleos y generan ingresos. Habrá que ver cómo el error de octubre afecta la confianza de los empresarios para invertir directamente en el país.
Lo que pase en los próximos días con tipo de cambio y la bolsa de valores será lo de menos. Lo que verdaderamente importa es el impacto que el error de octubre tendrá sobre la competitividad del país, sobre la confianza de los empresarios, sobre la producción, el empleo y el ingreso.
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