El coronavirus y la economía

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Como siempre que aparecen eventos como el coronavirus, con el común denominador de ser malas noticias, y con la expectativa de que pueden generar graves problemas, en materia económica los primeros efectos se manifiestan en las bolsas de valores, cuyos índices se desploman, tal y como ha sucedido con el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores. Entre el viernes 21 y el viernes 28 el índice bursátil perdió 7.7 por ciento.

Otro efecto puede darse en el tipo de cambio, sobre todo en economías emergentes, como la mexicana (que además de ser emergente se encuentra en emergencia), tipo de cambio que puede incrementarse, como es el caso de la depreciación del peso frente al dólar. El viernes 21 el tipo de cambio peso – dólar fue 18.91. El viernes 28, 19.78. Depreciación: 4.6 por ciento.

Nada más la semana pasada: pérdida bursátil del 7.3 por ciento, depreciación del 6.4.

Si bien es cierto que los efectos del coronavirus sobre todos los índices bursátiles (desplomes) y sobre ciertos tipos de cambio (depreciaciones), afectan el desempeño de las economías, los mismos serán lo de menos frente al efecto que el virus puede tener sobre la producción de mercancías, la creación de empleos y la generación de ingresos, sobre el sector real de la economía. Si lo primero (desplomes bursátiles y depreciaciones cambiarias) es preocupante, lo segundo (presiones recesivas sobre la actividad económica: producción, empleo, ingreso), lo será más, pudiendo serlo todavía más en México.

Por dónde pueden empezar las presiones recesivas. Por la reducción o interrupción de los flujos comerciales entre naciones, y de las inversiones directas de unos países (por lo general los más desarrollados) en otros (por lo general los menos desarrollados), cuyo objetivo sería evitar la propagación y el contagio del coronavirus.

Ambos eventos (menos comercio internacional y menos inversiones extranjeras directas) generan efectos recesivos. Si ya no se exporta como antes no se seguirá produciendo como antes, lo cual afectará al empleo y al ingreso. Si ya no se invierte directamente como antes, lo mismo: no se seguirá produciendo como antes, lo cual reducirá la creación de empleos y la generación de ingresos, lo cual, traducido en menor consumo, reforzará las presiones recesivas.

Para México todo lo anterior se dará en un momento en el cual, por obra y gracia de la 4T, ya enfrentamos fuertes presiones recesivas internas, sin que haya indicio de que el gobierno esté dispuesto a eliminarlas. Ahora sí nos puede, no llover sobre mojado, sino diluviar sobre inundado.

La combinación 4T y coronavirus será nefasta para la economía mexicana, con todo lo que ello significa en términos del bienestar de los mexicanos.

E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx

Twitter: @ArturoDammArnal

Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .