El crecimiento se mide con la producción de bienes y servicios, relacionada con la creación de empleos, para producir alguien debe trabajar, y la generación de ingresos, a quien trabaja se le paga, empleos e ingresos de los que depende, en buena medida, el bienestar.
En materia de crecimiento podemos dividir la historia reciente de la economía mexicana en dos etapas, claramente diferenciadas. La primera, de 1935 a 1981, con crecimiento promedio anual de 6.17 por ciento. La segunda, entre 1982 y 2022, con crecimiento promedio anual de 2.10, 65.96 por ciento menor que en la etapa anterior. Según la encuesta de junio del Banco de México, a los economistas del sector privado, tomando en cuenta el promedio de las 36 respuestas recibidas, en los próximos diez años, de 2024 a 2034, el crecimiento promedio anual será 2.20 por ciento, 1.50 según la expectativa más pesimista, 3.02 según la más optimista. De cumplirse la expectativa para los próximos diez años, la economía mexicana sumará 53 años de crecimiento bajo, 2.20 por ciento en promedio anual, insuficiente para lograr mayor bienestar. Todo esto considerando el largo plazo. ¿Qué puede pasar en el corto?
Según el Indicador Oportuno de la Actividad Económica, del INEGI, que estima el crecimiento de la economía para mayo y junio, en términos mensuales, comparando con el mes anterior, la economía creció en mayo 0.4 por ciento y en junio 0.2, y, en términos anuales, comparando con el mismo mes del año anterior, 3.6 en mayo y 4.0 por ciento en junio.
De cumplirse las estimaciones éste fue, en términos mensuales, el crecimiento de la economía durante el primer semestre: enero, 0.7; febrero, 0.2; marzo, menos 0.2; abril, 0.8; mayo, 0.4; junio, 0.2, con dos meses consecutivos de menor crecimiento (malo). En términos anuales, fue éste: enero, 3.7; febrero, 3.9; marzo, 2.7; abril, 3.3; mayo, 3.6; junio, 4.0, con tres meses consecutivos de crecimiento mayor (bueno).
De ser correctas las estimaciones, en términos mensuales, durante el primer semestre del año, el crecimiento fue 0.35 por ciento (0.32 el último semestre de 2022 y 0.20 el primero). En términos anuales fue 3.53 por ciento (4.00 el último trimestre de 2022 y 1.80 el primero).
Una manera de calificar los resultados en materia de crecimiento es como lo hice en el párrafo anterior: comparando con el periodo inmediatamente anterior y con el mismo periodo del año anterior. Otra manera de hacerlo es comparando con el promedio de una etapa bien diferenciada del resto, como la ha sido, en materia de crecimiento, la que abarca de 1982 a 2022, con un crecimiento promedio anual del 2.10 por ciento. Lo que esté por arriba de ese promedio, ayudando a mejorarlo, es bueno, lo que esté por debajo, contribuyendo a empeorarlo, es malo.
El crecimiento promedio anual entre 1982 y 2022 fue 2.10 por ciento. El del primer semestre de este año, de ser buenas las estimaciones del INEGI, fue 3.53 por ciento, muy por arriba del 2.10, muy bueno. El reto será, por lo menos, mantenerlo y, por lo más, mejorarlo. ¿Lo conseguiremos? No según las expectativas de los economistas encuestados por el Banco de México, que prevén un crecimiento promedio anual, para los próximos diez años, del 2.20 por ciento.
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