Una de las ventajas del comercio exterior es que expande los mercados, tanto para vender (exportaciones) como para comprar (importaciones), haciendo posible un mayor crecimiento económico (vuelve a aparecer el tema), relacionado con la producción de satisfactores, la creación de empleos, la generación de ingresos y las posibilidades de alcanzar un mayor bienestar, fin de la economía: vivir mejor.
De las dos caras del comercio exterior las importaciones son el fin y las exportaciones el medio. Con lo que exportamos satisfacen sus necesidades los extranjeros. Con lo que importamos las satisfacemos nosotros. Supongamos que la única fuente de dólares, necesarios para pagar las importaciones, son las exportaciones. Siendo el caso, antes de importar, importaciones que pagamos con dólares, debemos exportar, exportaciones que nos pagan con dólares. Las exportaciones son el medio para obtener los dólares para pagar las importaciones.
¿Cómo vamos en materia de comercio exterior? Íbamos bien. Vamos mal.
En septiembre alcanzamos, en exportaciones, con 52,338 millones de dólares, el máximo histórico mensual. En octubre bajaron a 49,275 millones para subir a 49,311 millones en noviembre, 3,027 millones de dólares por debajo del máximo histórico mensual, 5.78 por ciento.
En agosto logramos, en importaciones, con 56,168 millones de dólares, el máximo histórico mensual. En septiembre bajaron a 53,233 millones, en octubre a 51,287 millones y en noviembre a 49,407 millones, 6,671 millones de dólares menos que el máximo histórico mensual, 12.04 por ciento.
Con relación a los máximos históricos mensuales, tanto exportaciones como importaciones han bajado, lo cual es preocupante, más las importaciones (12.04 por ciento), que las exportaciones (5.78 por ciento), lo cual es más preocupante porque, entre otras cosas, apunta a la desaceleración de la economía mexicana (que se espera crezca 2.90 por ciento este año, 0.92 en 2023 y 1.74 en 2024, según la encuesta de diciembre, del Banco de México, sobre las expectativas de los economistas del sector privado), menor crecimiento que afecta a la creación de empleos, la generación de ingresos y las posibilidades de bienestar.
El debilitamiento del mercado externo puede compensarse con el fortalecimiento del mercado interno, tema recurrente en México, fortalecimiento que, si ha de hacerse correctamente, lleva tiempo, porque supone esta secuencia: (i) aumentar, consecuencia de tener una economía más segura y más confiable, consecuencia de tener Estado de Derecho, la confianza de los empresarios, tanto nacionales como extranjeros, para que directamente inviertan más; (ii) aumentar, consecuencia de más confianza empresarial, las inversiones directas; (iii) aumentar, consecuencia de más inversiones directas, la producción de bienes y servicios, la creación de empleos y la generación de ingresos; (iv) aumentar, consecuencia de más empleos y más ingresos, la demanda de bienes y servicios, secuencia que, por una u otra razón, no logramos concretar, mucho menos con la magnitud y la permanencia que se requieren. Un dato: el nivel de inversión directa en instalaciones, maquinaria y equipo, en septiembre pasado, fue similar al de noviembre de 2013. ¡De 2013!
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