El lunes el precio del barril (158.99 litros) de la mezcla mexicana (Maya, crudo pesado; Istmo, crudo ligero; Olmeca, crudo superligero), de petróleo de exportación fue 115.66 dólares. En lo que va del año ha aumentado 44.37 dólares, 62.2 por ciento. El máximo histórico es 131.24 dólares, 3 de julio de 2008.
El precio del Brent alcanzó 123.61 dólares y el del West Intermediate 119.84. Alexander Novak, viceprimer ministro ruso, dijo que el precio podría llegar a 300 dólares. ¿Bueno o malo?
Una de las condiciones para minimizar la escasez (no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis), es que los precios sean los menores posibles, ya se trate de factores de la producción, ya de bienes y servicios para el consumo final. Desde este punto de vista el aumento en el precio del petróleo no es una buena noticia: genera presiones inflacionarias por el lado de la oferta (mayores costos de producción), y recesivas por el lado de la demanda (menor demanda), que a su vez generan presiones recesivas por el lado de la oferta (menor producción).
En el caso de México hay que tener en cuenta que somos importadores netos de hidrocarburos: importamos más de lo que exportamos. En 2021 las exportaciones petroleras sumaron 28 mil 925.6 millones de dólares (el 5.85 por ciento del total de las exportaciones, y 65.4 por ciento más que en 2020), y las importaciones 53 mil 851.4 millones (el 10.65 por ciento del total de las importaciones, y 71.5 por ciento más que en 2020), por lo que el resultado de la balanza comercial petrolera fue un déficit de 24 mil 925.8 millones de dólares. A los países importadores netos de petróleo el alza en el precio los perjudica.
Las que, en cierto sentido, podrían beneficiarse por el aumento en el precio del petróleo son las finanzas del gobierno, ya que el Presupuesto de Egresos de la Federación se armó proyectando, para 2022, un precio promedio del barril de petróleo de 55.10 dólares. En lo que va del año ha promediado 84.86 dólares, 29.76 más, 54.01 por ciento.
Escribí “en cierto sentido” porque la SHCP ha decido otorgar estímulos fiscales a los precios de las gasolinas, transformándose el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios en el Subsidio Especial sobre Producción y Servicios, por lo que, para decirlo de la manera más sencilla posible, el gobierno recibirá menos y dará más, faltante que deberá compensarse de alguna manera.
Del 5 al 11 de marzo el estímulo fiscal para la Magna es del 100 por ciento: no se paga el IEPS y se otorga un estímulo adicional a cargo del ISR o del IVA. Para la Premium es del 97.14 por ciento. Para el diesel es también del 100 por ciento: no se paga el IEPS y también se otorga un estímulo adicional a cuenta del IVA o del ISR (véase DOF, 4/03/2022).
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