Banco de México, su ventaja

Al final de cuentas, por más que sea dinero de curso legal, que por ley debemos aceptar como medio de pago, nosotros decidimos si usamos o no el dinero producido por el Banco de México. ¿Por qué podríamos rechazarlo? Por la inflación, por la pérdida de su poder adquisitivo, que es la pérdida del poder adquisitivo de nuestro trabajo, que viola nuestro derecho al producto íntegro del mismo, que incluye el derecho al poder adquisitivo íntegro de nuestro trabajo y por lo tanto de nuestro dinero.

La inflación ha sido una constante en la historia reciente de la economía mexicana. En lo que va del siglo la inflación acumulada es 191.42%. ¿Por qué que no dejamos de usar el dinero del Banco de México, de mala calidad, que sistemáticamente pierde poder adquisitivo? Porque el inconveniente que ocasiona la pérdida de su poder adquisitivo es menor que el que ocasionaría el dejar de usarlo y tener que recurrir el truque en espera de que, espontáneamente, en los mercados, alguna mercancía empezara a usarse como dinero. Esta es la ventaja que tiene el Banco de México: siempre y cuando estemos dispuestos a soportar la inflación, que es permitida o generada por él, seguiremos usando su dinero, aunque sea de mala calidad.

Ni siquiera en los tiempos de mayor inflación contemplamos la opción de dejar de usar el dinero del Banco de México como medio de intercambio y de recurrir al trueque en espera de que alguna mercancía comenzara a utilizarse como dinero. Fue en febrero de 1988 cuando se alcanzó la que hasta hoy sigue siendo la mayor inflación anual, 179.73%. No conozco a alguien que, en aquellos tiempos de inflación de tres dígitos, haya considerado la opción de dejar de usar el dinero del Banco de México.

Mientras la inflación sea tolerada por los agentes económicos (¿cuánta inflación estamos dispuestos a tolerar antes de que dejemos de usar el dinero producido por el banco central y recurramos al truque en espera de que alguna mercancía comience a utilizarse como medio de intercambio?), el Banco de México podrá seguir, o permitiendo la inflación (permitiendo que las presiones inflacionarias, el alza de algunos precios, se conviertan en inflación, el alza en el índice de precios al consumidor, para lo cual debe aumentar excesivamente la cantidad de dinero que se intercambia en la economía), o generando inflación (incrementando excesivamente la cantidad de dinero que se utiliza para demandar bienes y servicios, por lo que dicha demanda crece de manera excesiva, más allá de la capacidad de la economía para, con producción interna y/o con importaciones, incrementar la oferta de satisfactores al ritmo que aumenta su demanda).

Mientras toleremos la inflación el Banco de México la seguirá generando o permitiendo. Esa es su ventaja, misma que, por preferir los inconvenientes de la pérdida del poder adquisitivo del dinero que los ocasionados por el trueque y la espera para que alguna mercancía surja como dinero, nosotros, los usuarios de ese dinero, le concedemos.

Las criptomonedas, ¿son una opción al dinero producido por los bancos centrales, sin tener que recurrir al truque y a la espera para que alguna mercancía surja como dinero? ¿Otra opción no es la libertad para usar el dinero que más nos convenga (pesos, dólares, euros, etc.), eliminando la imposición del peso como dinero de curso legal?

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .