¿Amnistía fiscal?

Según Arturo Herrera, próximo subsecretario de Hacienda, se considera la posibilidad de otorgar amnistía fiscal, la cual, si realmente es eso, y no el otorgamiento de facilidades para que los contribuyentes incumplidos se pongan al corriente en el pago de sus impuestos, sería un error.

La amnistía fiscal consiste en perdonar el cumplimiento de las obligaciones tributarias a quienes no las cumplieron en su momento, lo cual resulta injusto con quienes sí cumplieron, y genera incentivos a favor del incumplimiento: si no cumplo hoy mañana me otorgarán amnistía. Si el gobierno ya lo hizo, ¿por qué no habría de hacerlo de nuevo?

Hay que distinguir entre la amnistía fiscal (ya no tienes que pagar lo que debes) y los programas para facilitar el pago atrasado de impuestos (ahora puedes pagar de manera más sencilla). Cuando Arturo Herrera habla de la posibilidad de otorgar amnistía fiscal, ¿a que se refiere: al ya no tienes que pagar lo que debes o al ahora puedes pagar de manera más sencilla? ¿Se refiere a la amnistía fiscal o a algún programa para facilitar el pago atrasado de impuestos? ¿Cuál es menos malo?

Al preguntar ¿cuál es menos malo? estoy dando por hecho que ambos, tanto la amnistía fiscal como los programas para facilitar el pago atrasado de impuestos, son malos, y lo son porque en ambos casos el gobierno permite que, quien no cumplió la ley, en este caso la tributaria, no enfrente las consecuencias de sus actos, y eso es Estado de chueco, no de Derecho; eso supone un gobierno solapador, no un gobierno justo; eso supone castigar indirectamente a los contribuyentes cumplidos y premiar de manera directa a los incumplidos; eso supone generar los incentivos, no para cumplir, sino para incumplir, todo ello de manera más fuerte en el caso de la amnistía fiscal (ya no tienes que pagar lo que debes), y de forma más débil en el caso de algún programa para facilitar el pago atrasado de impuestos (ahora puedes pagar de manera más sencilla).

Puede ser que, cara a los beneficiarios de cualquiera a de las dos opciones, estas resulten, para quien las otorga, sobre todo si el gobierno es populista, políticamente rentables, tomando en cuenta, uno, que el cobro de impuestos implica obligar al contribuyente a entregarle al recaudador parte del producto de su trabajo y, dos, que en muchos casos el gobierno hace un mal uso de los recursos así habidos, lo cual podría “justificar” tanto a la amnistía fiscal como a los programas para facilitar el pago atrasado de impuestos, lo cual implica entrar en juego de simulaciones.

El sistema tributario mexicano está lleno de excesos y defectos, que deben corregirse, para lo cual hace falta la verdadera reforma fiscal. Pero nada de ello justifica la amnistía fiscal, mucho menos si se trata de una verdadera amnistía fiscal: ya no tienes que pagar lo que debes. Yo, contribuyente cumplido, me opongo.

 

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Twitter: @ArturoDammArnal

Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .