AMLO, ¿congruencia?

Después de la reunión que sostuvo con el Consejo Mexicano de Negocios AMLO dijo: 1) que se trabajará conjuntamente (sector empresarial, sector social y sector público) para hacer de México una potencia económica; 2) que se priorizará la creación de empleos; 3) que la meta es lograr un crecimiento económico del 4 por ciento anual, nada de lo cual se dará “por añadidura” al triunfo de AMLO, sino como consecuencia de haber creado las condiciones para lograrlo, algo que no se ha logrado en los últimos 35 años, pese a las reformas estructurales (las de Salinas de Gortari y las de Peña Nieto) que, hasta el momento, han resultado ineficaces en materia de crecimiento.

El objetivo de las más recientes reformas estructurales (laboral, financiera, de competencia, de telecomunicaciones, energética y fiscal) era, tal y como se definió en el Pacto por México hace ya seis años, lograr un crecimiento sostenido de la economía del 5 por ciento. Suponiendo (según la Encuesta sobre las Expectativas de los Economistas del Sector Privado del mes de julio), que este año la economía crezca 2.3 por ciento, el crecimiento promedio anual de la economía mexicana durante el sexenio de Peña Nieto habrá sido del 2.5 por ciento, la mitad de la meta que se pretendía.

¿Qué se necesita para que la economía crezca más? Lo primero que hay que tener en cuenta para responder es que el crecimiento económico se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios para el consumo final, que depende de las inversiones directas, que son las que los empresarios realizan para producir, crear empleos y generar ingresos, mismas que dependen de la competitividad de la economía, es decir, de qué tan segura y confiable sea ésta para invertir directamente en ella.

Para lograr un mayor crecimiento de la economía estos son los pasos que hay que dar: hacerla más segura y confiable para elevar su competitividad, para que los empresarios, tanto nacionales como extranjeros, decidan invertir directamente más, para que así aumente la producción de bienes y servicios, lo cual dará como resultado un mayor crecimiento.

¿De qué manera puede repercutir, en la competitividad de la economía mexicana, en su capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, el que el futuro de un proyecto de inversión directa tan importante como el del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se decida, como lo pretende AMLO, por medio de una consulta popular, preguntándole al pueblo sabio “en todo” y no a los técnicos expertos en el tema?

Resulta incongruente pretender un mayor crecimiento de la economía y, al mismo tiempo, armar el circo, maroma y teatro que armó AMLO en torno a uno de los proyectos de inversión directa más importantes de las últimas décadas.

Esta incongruencia, ¿será la única o vendrán otras?

 

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .