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Ahora va el petróleo

Con la contrarreforma eléctrica AMLO pretendía (¿ya lo podemos decir en pasado?), en contra de la Constitución, de contratos vigentes, de la economía y la salud de los mexicanos, de la competitividad de las empresas y del país, de tratados internacionales que, según el artículo 133 constitucional, “serán (junto con la Constitución y con las leyes que de ella emanen), la Ley Suprema de toda la Unión”, devolverle a la CFE el monopolio de la generación de electricidad.

Por eso es que, si hay Estado de Derecho, si hay división de poderes, si ha de respetarse la Constitución, si ha de promoverse el bienestar de los mexicanos, tanto por el lado de la salud como de la economía, si ha de apuntalarse la competitividad, tanto del país como de las empresas, la contrarreforma eléctrica AMLO no debe pasar.

No contento con el tropezón que dio con la contrarreforma eléctrica, AMLO propone ahora la contrarreforma petrolera. Ya salió la Iniciativa de Reforma a la Ley de Hidrocarburos que, en la misma línea de la contrarreforma eléctrica, que pretendía (¿ya lo podemos decir en pasado?), regresarle a la CFE el monopolio de la generación de electricidad, pretende, entre otras cosas, regresarle a PEMEX el monopolio de la distribución y comercialización de los productos derivados del petróleo crudo y del gas natural, como es el caso, entre otros, de las gasolinas y el diesel, lo que se conoce como el downstream, la última parte del proceso de producción, distribución y suministro de productos derivados de hidrocarburos. Se trata de una expropiación.

AMLO está obsesionado con el prejuicio de que los sectores estratégicos de la economía deben estar en las manos exclusivas del Estado, que para todo efecto práctico es el gobierno en turno, y que deben estarlo en todas las etapas de los procesos de producción, distribución y suministro, ya sea electricidad, ya petróleo. Al respecto van, de nuevo, dos comentarios.

Son sectores estratégicos de la economía los que proveen de bienes o servicios al resto de las actividades económicas, como es el caso de la industria de la energía, tanto por el lado de la electricidad como del petróleo, razón por la cual conviene que sean lo más competitivos posibles, capaces de ofrecer, a favor de la competitividad de las empresas a las que proveen, al menor precio posible, con la mayor calidad posible, y con el mejor servicio posible, todo lo cual es efecto de la competencia, no del monopolio, mucho menos del gubernamental.

En México basta y sobra que el Congreso de la Unión expida una ley, en la se diga que éste o aquel sector de la actividad económica es considerado estratégico, para que tenga que ser expropiado y convertido en monopolio gubernamental.

Preocupante lo que intenta hacer AMLO y lo que la Constitución le permite hacer.

E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx

Twitter: @ArturoDammArnal

Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .