¿Se justifica prohibir las actividades económicas de todos para salvar la vida de uno? No, respuesta de sentido común ¿Se justifica prohibir las actividades económicas de uno para salvar la vida de todos? Sí, respuesta de sentido común. No creo que haya alguien a favor de que se prohíban las actividades económicas de todos para salvar la vida de uno, como tampoco creo que haya quien esté en contra que se prohíba la actividad económica de uno para salvar a todos. En estos dos casos, los extremos, lo que debe hacerse está claro. El problema es que, en la realidad, nos encontramos en algún punto intermedio, en el cual no está claro qué debe hacerse. ¿Será?
Haciendo cuentas a partir de la información proporcionada en el documento “Covid-129: Epidemia México 2020. Conclusiones del Equipo Científico”, presentado el 16 de abril, entre el 23 de abril y el 16 de julio (fecha para la cual se espera que se hayan eliminado los contagios), en México podría haber, consecuencia del coronavirus, 18 mil 480 defunciones que, sumadas a las 686 que llevamos hasta el momento (19 de abril), darían un total de 19,166, tomando en cuenta la prohibición de actividades económicas consideradas arbitrariamente no esenciales, y escribo “arbitrariamente” porque no hay actividades económicas que, por su propia naturaleza, sean esenciales y no esenciales. Lo que hay son actividades económicas esenciales para unos, y no esenciales para otros, sin olvidar que todas, a través de una enorme red de intercambios, están conectadas.
Supongamos que se levanta la prohibición económica, manteniéndose las otras medidas precautorias, desde el cubrebocas hasta la sana distancia, y que consecuencia de ello se multiplica por diez el número de muertes, resultando en 191 mil 600. Estimando una población de 128 millones de mexicanos el número de muertos sería el 0.15 por ciento del total.
Reformulo la pregunta. ¿Se justifica prohibir las actividades económicas consideradas no esenciales para salvar la vida del 0.15 por ciento de la población? La respuesta puede ser sí, sobre todo por tratarse de actividades económicas no esenciales, siendo que la salud y vida deben tener prioridad sobre las mismas. El problema es que, va de nuevo, no hay actividades económicas que, por su propia naturaleza, sean esenciales y no esenciales. Lo que hay son actividades económicas esenciales para unos, y no esenciales para otros, conectadas todas, por lo que la prohibición de las no esenciales afecta la realización de las sí esenciales.
El contagio, ¿debe evitarse a cualquier costo? Según los resultados de una encuesta que hice en Twitter (875 participantes), el 60.8 por ciento dice que sí, el 26.9 que no, el 12.3 que no sabe.
Usted, lector, ¿qué cree?
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