Hoy se cumple un aniversario más de la mal llamada “Constitución del 17”, y digo mal llamada ¿por qué cuál de los constituyes originales reconocerían, en el texto actual, con más o menos 500 cambios, aquel que redactaron hace 103 años?
Más allá del tema de los cambios, lo que quiero es destacar una de las amenazas de la Constitución contra la propiedad privada de los medios de producción, algo grave, sobre todo teniendo un gobierno como el de la 4T, receloso (por decir lo menos) de la empresa privada.
Muchos creen que en México el único motivo para expropiar es la utilidad pública, tal y como se señala en el artículo 27 constitucional: “Las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización”. Hay otro motivo por el cual puede expropiarse. Lo encontramos en la Constitución.
Leemos, en el párrafo cuarto, artículo 28 constitucional, que “no constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas (se enlistan, desde los correos hasta los hidrocarburos), así como las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión”.
Lo anterior quiere decir que si el Congreso de la Unión expide una ley, que deberá promulgar el Ejecutivo, señalando a los salones de belleza como estratégicos, los mismos deberán ser expropiados, sin necesidad de demostrar su utilidad pública, nada más por haberlos señalado como estratégicos.
¿Por qué? Porque en el capítulo 25 constitucional se dice que “el sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan en el artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución”, por lo que, de señalarse a los salones de belleza como estratégicos, deberán ser expropiados y, por lo tanto, gubernamentalizados (esta es la palabra correcta, no nacionalizados).
Obviamente exagero (no creo que el gobierno vaya a expropiar y gubernamentalizar los salones de belleza), pero no invento. Basta y sobra que el Congreso expida una ley, y que el Ejecutivo la promulgue, que señale como estratégico cualquier sector de la actividad económica, para que tenga que expropiarse y gubernamentalizarse. Lo anterior quiere decir que en México el derecho de propiedad privada sobre los medios de producción no está, ni plenamente reconocido, ni puntualmente definido, ni jurídicamente garantizado, lo cual, con un gobierno como el de la 4T, convencido de que los sectores estratégicos deben estar solamente en manos del gobierno, y persuadido de que dichos sectores son más de los incluidos en el artículo 28 constitucional, es una clara amenaza contra la propiedad privada de los medios de producción y, por ello, contra la libertad individual para producir, ofrecer y vender. ¡Cuidado!
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