Ya tenemos, del Coneval, el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, con el diagnóstico de la pobreza para 2018 y 2020.
La pobreza se mide multidimensionalmente, por carencia de ingresos: no se generan suficientes para satisfacer las necesidades, y por carencias sociales: (i) rezago educativo, (ii) acceso a servicios de salud, (iii) acceso a la seguridad social, (iv) calidad y espacio de la vivienda, (v) acceso a servicios básicos de vivienda, (vi) acceso a alimentación nutritiva y de calidad, considerados los seis derechos para el desarrollo social. La pobreza se divide en dos categorías: moderada y extrema.
Una persona se encuentra en condición de pobreza multidimensional, según definición del Coneval, “cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades”. En condición de pobreza extrema “cuando no tiene garantizado el ejercicio de tres o más de sus derechos para el desarrollo social (…) y, además, se encuentra por debajo de la línea de pobreza extrema por ingresos. Esto último quiere decir que si hiciera uso de todo el ingreso disponible del hogar no podría adquirir la canasta alimentaria”. En condición de pobreza moderada “aquella persona que, siendo pobre, no se encuentra en pobreza extrema. La incidencia de pobreza moderada se obtiene al calcular la diferencia entre la incidencia de la población en pobreza menos la de la población en pobreza extrema”.
En 2018 el 26.4% de la población era vulnerable por carencias sociales, 23.7% en 2020. En 2018 el 8.0% era vulnerable por carencia de ingresos, 8.9% en 2020. En 2018 el 41.9% estaba en condición de pobreza, 43.9% en 2020. En 2018 el 34.9% estaba en condición de pobreza moderada, 35.4% en 2020. En 2018 el 7.0% estaba en condición de pobreza extrema, 8.5% en 2020. En 2018 el 23.7% de la población era no pobre y no vulnerable, ni por ingresos ni por carencias sociales, 23.5% en 2020.
En 2020, comparando con 2018, la población vulnerable por carencias sociales fue 2.7 puntos porcentuales menor que en 2018, reducción del 10.23%. La población vulnerable por ingresos resultó 0.9 puntos porcentuales mayor, aumento del 11.25%. La población en condición de pobreza fue 2.0 puntos porcentuales mayor, incremento del 4.77%. La población en condición de pobreza moderada fue 0.5 puntos porcentuales mayor, aumento del 1.43%. La población en condición de pobreza extrema fue 1.5 puntos porcentuales mayor, incremento del 21.43%.
En 2018 el porcentaje de la población cuyo ingreso no alcanzó para comprar la canasta básica general fue 49.9, 52.8 en 2020, 2.9 puntos porcentuales mayor, aumento del 5.81%. El porcentaje de la población cuyo ingreso no alcanzó para comprar la canasta básica alimentaria fue 14.0, 17.2 en 2020, 3.2 puntos porcentuales mayor, incremento del 22.86%.
Lo más grave, comparando 2020 con 2018: (i) aumento del 22.86% de la población cuyo ingreso no alcanzó para comprar la canasta básica alimentaria; (ii) aumento del 21.43% de la población en condición de pobreza extrema; (iii) aumento del 11.25% de la población cuyo ingreso no alcanzó para comprar la canasta básica general.
¿Qué pasó en 2022?
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