SOBRE LA “CONSULTA” (PARTE I)
Ya es lugar común afirmar que nadie en su sano juicio responderá que NO a las diez preguntas de la próxima “consulta nacional”, de los días 24 y 25, afirmación con lo cual no concuerdo, y la primera razón es esta: si estás en contra de la redistribución del ingreso, es decir, en contra de que el gobierno le quite a A lo que, por ser producto de su trabajo es propiedad de A, para darle a B lo que, por no ser producto de su trabajo no es propiedad de B, debes responder NO, de entrada, a las preguntas 5, 6, 7, 8 y 9, relacionadas directamente con la redistribución del ingreso.
Pregunta 5: “Aumentar al doble la pensión a todos los adultos mayores de 68 años (desde los 65 años en regiones indígenas). SI NO
Pregunta 6: “Otorgar becas y capacitación laboral a 2.6 millones de jóvenes que hoy no tienen oportunidades de estudiar ni de trabajar”. SI NO
Pregunta 7: “Becar a todos los estudiantes de las escuelas públicas de nivel medio superior del país”. SI NO
Pregunta 8: “Pensionar a un millón de personas que viven con alguna discapacidad”. SI NO
Pregunta 9: Garantizar atención médica y medicinas a toda la población que no cuenta con servicios de salud”. SI NO
Quien responda que SI a estas preguntas está a favor de la redistribución del ingreso, de que el gobierno le quite a A lo que, por ser producto de su trabajo, es propiedad de A, para darle: 1) pensión a todos los adultos mayores de 68 años; 2) becas y capacitación laboral a 2.6 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan; 3) becas para todos estudiantes de las escuelas públicas de nivel medio superior; 4) pensión para un millón de personas discapacitadas; 5) atención médica y medicinas a todo el que no cuente con un servicio de salud.
Se puede argumentar que la redistribución del ingreso es la manera que el gobierno tiene de hacer valer la justicia social, a la cual están referidas las mentadas preguntas, momento de recordar esta frase de Walter Williams: “Le voy a dar mi definición de justicia social. Yo me quedo con lo que es producto de mi trabajo y usted se queda con lo que es producto del suyo. ¿No está de acuerdo? Entonces dígame, ¿qué porcentaje de lo que es mío le corresponde a usted y por qué?”
¿Cuál es la única respuesta “sensata” al “por qué”? “Porque tengo necesidades insatisfechas”, respuesta que nos plantea esta otra pregunta: ¿las necesidades insatisfechas de A le dan derecho a parte del ingreso de B, de tal manera que B tiene la obligación de entregarle esa parte? No, razón por la cual las necesidades insatisfechas de A no le dan al gobierno el derecho de quitarle a B parte de su ingreso, parte del producto de su trabajo, para dárselo a A, siendo que eso es lo que implican desde las pensiones hasta la atención médica y medicinas, pasando por las becas.
Hoy gobernar es sinónimo de redistribuir. Basta revisar los presupuestos de egresos de los gobiernos para comprobarlo.
LA “CONSULTA” ( PARTE II)
Dado que los tres poderes del gobierno son prohibir, obligar y castigar, prohibiciones, obligaciones y castigos que se imponen sobe la libertad de los ciudadanos, debemos preguntarnos, si no queremos que se obligue, prohíba y castigue lo que no debe obligarse, prohibirse y castigarse, qué debe hacer el gobierno, cuáles son sus legítimas tareas.
Al menos que uno sea anarquista se acepta que la tarea esencial, y por ello irrenunciable del gobierno, es garantizar la seguridad contra la delincuencia (garantizar los derechos a la vida, libertad y propiedad) y, de fallar, impartir justicia en sus dos vertientes: resarcir a la víctima y castigar al delincuente. Al menos que uno sea anarquista se acepta que estas son las tareas irrenunciables, y por lo tanto esenciales, del gobierno, nada de lo cual aparece en las diez preguntas de la próxima “consulta ciudadana”, preguntas a las que habrá que responder SI o NO. Estas son las preguntas.
I.- “Construir el Tren Maya que conectará los estados de Chipas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, lo que fomentará la economía y el turismo”.
II.- “Conectar por medio de un tren los océanos Pacífico y Atlántico para desarrollar el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca y reactivar la economía de la región”.
III.- “Construir una refinería en Dos Bocas, Tabasco, para producir gasolina con petróleo extraído por PEMEX”.
IV.- “Plantar árboles frutales y maderables en un millón de hectáreas, creando 400 mil empleos permanentes”.
V.- “Aumentar al doble la pensión a todos los adultos mayores de 68 años (desde los 65 años en regiones indígenas)”.
VI.- “Otorgar becas y capacitación laboral a 2.6 millones de jóvenes que hoy no tienen oportunidades de estudiar ni de trabajar”.
VII.- “Becar a todos los estudiantes de las escuelas públicas de nivel medio superior del país”
VIII.- “Pensionar a un millón de personas que viven con alguna discapacidad”.
IX.- “Garantizar atención médica y medicinas a toda la población que no cuenta con servicios de salud”.
X.- “Proveer cobertura gratuita de Internet en carreteras, plazas públicas, centros de salud, y escuelas en todo el país”.
Ninguna de estas tareas, desde construir trenes hasta proveer servicios de telecomunicaciones, pasando por la concesión de becas y pensiones, es propia del gobierno. La próxima “consulta ciudadana” es buena muestra de que tenemos al gobierno metido hasta la cocina, y que será fácil sacarlo.
Dos comentarios, relacionados con la primera y la última pregunta.
Primero. Se afirma, en la primera, que el Tren Maya “fomentará la economía y el turismo”. ¿Más de lo que lo hubiera hecho el NAICM en Texcoco?
Segundo. Se pregunta, en la última, si debe “proveer(se) cobertura gratuita de Internet”. La palabra gratuita debe sustituirse por subsidiada, algo muy distinto.
LA “CONSULTA” ( PARTE III)
La primera pregunta de la segunda “consulta ciudadana” organizada por Morena, a la cual se responde SÍ o NO, es esta: “Construir el Tren Maya que conectará los estados de Chipas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, lo que fomentará la economía y el turismo”. ¿Alguien responderá NO? ¿Alguien estará contra el fomento a la economía, en general, y al turismo, en particular?
Supongamos esta otra pregunta, a la cual hay que responder SÍ o NO: “Imponerle al Banco de México, además de la tarea de procurar la estabilidad del poder adquisitvo del dinero, la de incentivar la producción de bienes y servicios, la creación de empleos, la generación de ingresos”. ¿Alguien respondería NO? ¿Alguien se opone a una mayor producción de satisfactores, a una mayor creación de empleo, a una mayor generación de ingreso? No: esos fines son deseables por sí mismos.
El problema no son los fines sino el medio, que en este caso supone usar la política monetaria para incentivar producción, empleo e ingreso, para lo cual tendría que aplicarse la receta keynesiana (no tengo espacio para explicarla), lo cual ocasionaría inflación, es decir, pérdida en el poder adquisitivo del dinero, del trabajo, del ahorro, todo ello contrario a la primera tarea señalada, la de procurar la estabilidad del poder adquisitvo del dinero, condición necesaria para lograr mayor bienestar.
La anterior es una pregunta de tipo técnico, del campo de la teoría monetaria, que solamente deben responder los técnicos, los que saben, no cualquier persona, sin olvidar que, con relación a la misma, pregunta que bien podría aparecer en alguna otra “consulta ciudadana,” han sido algunos técnicos (economistas keynesianos), quienes han propuesto imponerle al Banco de México esta segunda tarea, propuesta que no debe ser objeto de “consulta ciudadana”.
Supongamos esta otra pregunta, a la cual también hay que responder SÍ o NO: “Eliminar el IVA, para que bajen los precios y aumente el ingreso disponible de los consumidores, quienes entonces podrán comprar más bienes y servicios, elevando su bienestar, y que la menor recaudación se compense con más deuda del gobierno”. ¿Alguien respondería NO? ¿Habrá alguien que esté en contra de que bajen los precios y de que aumente el ingreso disponible de los consumidores? ¿Habrá alguien que esté en contra de que los consumidores puedan comprar más bienes y servicios y aumentar su bienestar? No, pero la pregunta relevante es cuánta gente sabe cuáles serían las consecuencias de que el gobierno sustituya recaudación por deuda como fuente de financiamiento. ¿Cuántos son capaces de concluir que la deuda gubernamental de hoy mañana puede convertirse en más y/o mayores impuestos?
Estas dos primeras “consultas ciudadanas”, la del NAICM y la de este fin de semana, dejan claro que, con relación a la democracia, la pregunta más importante es ¿qué debe decidirse democráticamente?, y la primera respuesta es: los asuntos técnicos, y los económicos lo son, no deben decidirse democráticamente, como tampoco deben decidirse de esa manera los relacionados con la justicia y con su impartición.
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