AMLO está (¿alguna vez dejó de estarlo?), en plena campaña electoral, convirtiendo a la democracia electoral (el voto libre) en mercado electorero (el voto comprado), algo tal vez inevitable en las democracias porque, al final de cuentas, la gente vota esperando, del candidato por el que votó, algo a cambio. Voto por X a cambio de Y. Democracia.
La semana pasada AMLO se comprometió, en primer lugar, a reducir a la mitad el IVA y el ISR en los parques industriales de Istmo de Tehuantepec y, en segundo, a aumentar gradualmente las pensiones, hasta multiplicarlas por dos en el 2024. Lo primero implica recaudar menos, lo segundo gastar más, todo ello, tal y como lo ha prometido AMLO, sin aumentar impuestos y sin endeudarse más, siendo que el gobierno sí se ha endeudado más, siendo que ya se empieza a hablar de la necesidad de aumentar la recaudación, lo cual puede hacerse, o cobrándole más impuestos a quienes que ya se les cobra (a mayores tasas, o nuevos, o a mayores tasa y nuevos), o cobrándoles impuestos a quienes no se les cobra, o la combinación de las dos anteriores.
Cada vez que un político promete, o quitar menos, o dar más, o quitar menos y dar más, hay que hacerle cuatro preguntas: (i) ¿quién gana?, (ii) ¿quién pierde?, (iii) ¿cuánto cuesta?, (iv) ¿quién paga? Si el gobernante no tiene las respuestas su propuesta es irresponsable, una mera ocurrencia, como las que tienen, por lo general, durante las campañas electorales.
Por ejemplo: el político promete bajar el impuesto X al grupo Y. ¿Quién gana? De manera directa (indirectamente habrá que ver), los integrantes del grupo Y, quienes pagarán menos impuestos. ¿Quién pierde? De manera directa el gobierno, quien recaudará menos, menor recaudación que tendrá que compensarse, o con menor gasto, o con el aumento de algún otro impuesto, o con más deuda, o con menor gasto y el aumento de algún otro impuesto y más deuda. Si la menor recaudación se compensa con menor gasto, los perjudicados serán quienes reciban menos beneficios del gobierno. Si se compensa con el aumento de algún otro impuesto, los perjudicados serán los contribuyentes tengan que pagar más impuestos, entre quienes podrían encontrarse miembros del grupo Y. Si se compensa con más deuda, dado que la deuda gubernamental de hoy se convertirá en más impuestos mañana (la equivalencia ricardiana), los perjudicados serán los contribuyentes. ¿Cuánto cuesta? Habrá que hacer las cuentas. ¿Quién paga? La respuesta está en las posibles respuestas a la pregunta ¿quién pierde?
Con relación a sus dos propuestas –bajar impuestos y aumentar pensiones–, ¿AMLO conoce las respuestas a las preguntas ¿quién gana?, ¿quién pierde?, ¿cuánto cuesta?, ¿quién paga? Si no las conoce, y lo más probable es que no las conozca, sus propuestas son irresponsables.
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