El problema económico de fondo es la escasez, el hecho de que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quiere, y mucho menos gratis. Varias son las condiciones que tienen que cumplirse para que se minimice la escasez y, por ello, se maximice el bienestar.
Entre estas condiciones se encuentra el que los bienes y servicios producidos se ofrezcan al menor posible, para lo cual se requiere de la mayor competencia posible entre los oferentes, para lo cual se requiere que todo aquel, nacional o extranjero (lo que importa es la competencia no la nacionalidad de los competidores), que quiera producir y/u ofrecer lo pueda hacer, sin que alguien (por ejemplo: oferentes coludidos para realizar prácticas monopólicas relativas) o algo (por ejemplo: una ley de tipo proteccionista) se lo impida. En México, ¿está dada esta condición?
En los últimos años hemos avanzado por el camino hacia una mayor competencia, en todos los sectores de la actividad económica, en todos los mercados de la economía. Tenemos el artículo 28 constitucional, en el que se afirma que “en los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios y las prácticas monopólicas”. Contamos con la Ley Federal de Competencia Económica, que es la ley reglamentaria del artículo 28 “en materia de libre concurrencia, competencia económica, monopolios, prácticas monopólicas y concentraciones”. Tenemos la Comisión Federal de Competencia Económica, órgano desconcentrado de la Secretaría de Economía con autonomía técnica y operativa encargado de aplicar la Ley Federal de Competencia Económica. Todo esto, ¿ha dado como resultado, no una mayor competencia, sino la mayor posible? No.
Dada la respuesta es que hay que aplaudir la iniciativa de reforma a la Ley Federal de Competencia Económica que presenta hoy el senador Francisco Búrquez, que comprende lo que sigue: 1) Reafirmar el derecho de los agentes económicos a competir y concurrir libremente en los mercados; 2) Implementar un procedimiento mediante el cual el ciudadano, la Comisión y las autoridades responsables puedan colaborar para eliminar regulaciones anticompetitivas; 3) Implementar procedimientos judiciales mediante los cuales estas regulaciones se puedan recurrir, suspender provisionalmente y, en su caso, eliminar.
Además de la iniciativa de reforma a la Ley de Competencia Económica se presenta la iniciativa de reforma a la Constitución para otorgarle a la Comisión Federal de Competencia Económica la facultad de presentar acciones de inconstitucionalidad contra regulaciones, en los tres órdenes de gobierno, que vulneren el derecho a la libre competencia y libre concurrencia en los mercados.
Ojalá y que las iniciativas de Búrquez, ésta y todas las otras, avancen, porque ese, el propuesto por el senador en sus iniciativas, es el marco institucional que necesita la economía mexicana para lograr un mayor bienestar para todos los mexicanos.
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