La vacunación contra el COVID en México refleja desorden administrativo y la letal prioridad de ganar votos sobre el bienestar del pueblo. Mientras la mayoría de los países apartaron y compraron vacunas, los ineficientes y serviles funcionarios de la Secretaria de Salud, esperaban órdenes y señales del presidente para actuar.
El plan inicial fue pedir a la ONU que, como país pobre, le regalara vacunas a México. Ante la negativa de la ONU, empezaron a buscar tardíamente vacunas en todo el mundo. Si no es por Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones exteriores, la situación hubiera sido peor. Ebrard, más allá de sus funciones, se lanzó a conseguir saldos de vacunas donde hubiera y en la cantidad que se pudiera. La llegada a cuenta gotas de lotes de vacunas de todas marcas y en diferentes cantidades, anunciadas entre “bombos y platillos” en los medios de comunicación, es un testimonio de la ineficiencia del gobierno.
Lo más grave fue la decisión de politizar el suministro de vacunas para ganar simpatías y votos. Gobierno monopolizó la aplicación e importación de vacunas, dejó a un lado a la sociedad civil. Al principio en forma descarada miembros del partido en el poder, portando Chalecos con el logo de MORENA, iniciaron la vacunación. Ante las denuncias, fotos y videos en los medios de comunicación, fueron más discretos, pero siguieron pidiendo la credencial de elector y relacionando su aplicación a votar por MORENA.
En Estados Unidos el gobierno se apoya en la sociedad civil. En miles de farmacias privadas, 6,500 y en los 5,000 Walmarts, además en Sam´s Club y Costco, con dar su nombre y mostrar una identificación, les aplican la vacuna. Miles de mexicanos de clase media y ricos, 2 millones, según Gatell (Televisa News), ante la tardanza y burocratización de su aplicación en México, se fueron a vacunar a EUA. Sale más barato que un día en un hospital por COVID. Maquiladoras de la frontera llevaron en camiones a sus trabajadores a vacunarse “al otro lado”.
Al 13 de junio del 2021 muertes por COVID en México alcanzaron 230,148; en Japón, 14,090, 16.3 veces menos que en México. La vacunación contra el COVID es un testimonio histórico de la ambición de la 4T por ganar votos, sin importar que esa estrategia cause más muertes en el pueblo: pobres, clase media y ricos, para quienes debe gobernar la neosocialista 4T.