El desempeño de una economía debe medirse a nivel del bienestar de las familias, que depende, en buena medida, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que dispongan, la mayoría de los cuales deben comprarse, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual se necesita ingreso, para lo cual se necesita empleo. El bienestar de las familias depende del empleo y el ingreso.
El desempeño de una economía, que debe medirse a nivel del bienestar de las de las familias, depende de las inversiones directas, destinadas a producir bienes y servicios, con los que satisfacemos nuestras necesidades; a crear empleos, ya que para producir alguien tiene que trabajar; a generar ingresos, ya que a quien trabaja se le paga por hacerlo; inversiones directas que tienen, como componente principal, a las inversiones fijas brutas en instalaciones, maquinaria y equipo, y que, por aportar la infraestructura física para la producción (equipo, maquinaria, instalaciones), es un buen indicador del comportamiento de las inversiones directas.
Con relación a estos temas hay dos noticias: la buena, relacionada con la compra de bienes y servicios de parte de las familia residentes en el país, y por lo tanto con su bienestar; la mala, relacionada con las inversiones fijas brutas, y por lo tanto con las directas.
Según el Indicador Mensual del Consumo Privado, que mide la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país, en términos mensuales, comparando cada mes con el mes inmediatamente anterior, se sumaron cinco meses consecutivos, de julio a noviembre, de crecimiento: julio, 0.4 por ciento; agosto, 0.1; septiembre, 0.9; octubre, 0.2; noviembre, 0.7, con un mayor crecimiento en noviembre comparado con octubre. En noviembre el nivel del consumo privado fue similar al de enero de 2018 y se ubicó 2.63 por ciento por debajo de su máximo histórico, alcanzado en julio de 2019.
Según el Indicador de la Inversión Fija Bruta, que mide la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo, en términos mensuales, sumamos tres meses, o con crecimiento negativo, o sin crecimiento: septiembre, menos 1.6 por ciento; octubre, 0.0; noviembre, menos 0.1, mes en el cual el nivel de la inversión fija bruta, y por lo tanto de la directa, fue similar al de marzo de 2011, y se ubicó 16.6 por ciento por debajo de su máximo histórico, obtenido en julio de 2018.
El comportamiento de las inversiones directas, a la baja; su nivel, similar al de marzo de 2011; y lo lejos que están de su máximo histórico, son, por todo lo que depende de ellas: producción, empleo, ingreso y bienestar, las peores noticias relacionadas con la economía mexicana, y su principal reto, algo que la 4T no reconoce.
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