Trump gobernará con una mayoría de su partido en la Cámara de Representantes y en la de Senadores, lo cual le facilitará realizar cambios, aunque, lo han dicho legisladores republicanos, no tendrá carta blanca para hacer lo que quiera.
La personalidad controvertida de Trump llevó a centrar la atención en sus dichos y no en analizar detenidamente las promesas y políticas de Hillary Clinton, muchas de las cuales no eran mejores para México que las de Trump, ni tampoco las puestas en práctica hasta ahora por Obama, quien durante su mandato deportó a 2.8 millones de ilegales.