El 2do. Informe de Gobierno de AMLO tiene lugar en un momento en el cual se combinan el Efecto 4T y el Efecto Covid, combinación que ya dio como resultado una contracción de la producción de bienes y servicios, durante el segundo trimestre del año, comparando con el mismo trimestre del año anterior, del 18.7 por ciento, la mayor de la que se tenga registro.
Para todo el año el Banco de México maneja, en materia de crecimiento, tres escenarios, muestra de lo incierto que es hoy el futuro de la economía. Primero, el optimista: decrecimiento entre el 4.6 y el 8.8 por ciento. Segundo, el intermedio: decrecimiento entre el 8.8 y el 11.3 por ciento. Tercero, el pesimista: decrecimiento entre el 8.3 y el 12.8 por ciento. El rango va de menos 4.6 a menos 12.8 por ciento. Nadie sabe, mucho menos con exactitud, qué sucederá en materia de crecimiento este año. Pero lo que sí sabemos es qué debe hacer el gobierno para que, al margen de cuál sea el resultado, éste sea el menos malo posible.
Hoy, que AMLO presenta su 2do. Informe de Gobierno, es buen momento para rectificar y anunciar, para la nueva normalidad, la nueva estrategia económica que, en esencia, debe consistir de dos elementos: retomar la confianza de los empresarios y practicar una política fiscal anticíclica correcta. Lo segundo ayudaría a lo primero.
Retomar la confianza de los empresarios implica reconocer que medidas, como la cancelación del NAICM (octubre 2018), pasando por la cancelación de la planta cervecera en Mexicali (marzo 2020), hasta la intención de hacer otra consulta popular para ver si debe o no construirse una planta productora de fertilizantes en Sinaloa (agosto 2020), fueron un error y, reconociéndolo, echar marcha atrás lo cual, ¡obviamente!, no sucederá.
Practicar una política fiscal anticíclica correcta que debería consistir, esencialmente, en contraer deuda externa para, principalmente, por medio de transferencias en efectivo a las familias, contrarrestar, hasta donde sea posible, la caída en su compra de bienes y servicios (lo que se conoce como consumo privado), lo cual contribuiría, hasta donde fuera posible, a mantener producción de bienes y servicios, puestos de trabajo y fuentes de ingreso, política fiscal anticíclica que, ¡es obvio!, no tendrá lugar.
A AMLO el Efecto Covid le viene como anillo al dedo para, alegando que, dada la gravedad de la situación, ocasionada por la pandemia, hay que dar marcha atrás para retomar la confianza de los empresarios con el fin de que directamente inviertan más de lo que han invertido, y para practicar una política fiscal anticíclica correcta que contrarreste, hasta donde sea posible, las presiones recesivas, anillo que, ¡claramente!, AMLO no va a ponerse.
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