Un político es alguien que cree tener el derecho de disponer de las propiedades de los demás, comenzando por su ingreso, que es el producto del trabajo de cada quien, como crea más conveniente, y no solo para financiar la legítimas tareas del gobierno, relacionadas con la provisión de seguridad y la impartición de justicia, sino cuantas ocurrencias se les ocurran (van algunos sinónimos: chuscadas, chocarrerías, bufonadas, payasadas, gansadas, gracejos), ¡que para eso estamos los contribuyentes!, a quienes nos obligan a entregarles una parte considerable del producto de nuestro trabajo, de nuestros ingresos.
Además de creer que tienen el derecho de disponer del ingreso de los demás, como lo crean más conveniente, están convencidos de que quienes generan más ingreso tienen la obligación de tributar más, y no en términos dinerarios, sino porcentuales, lo cual es un abuso adicional.
Supongamos que A genera un ingreso de $1000 y B uno de $2000, el doble que A. Si a los dos se les cobra una tasa tributaria del 10%, A paga $100 y B $200. B, quien genera el doble de ingreso que A, paga, en términos dinerarios, el doble, como debe ser. Pero hay quienes creen que, como B genera el doble de ingreso que A, debe cobrársele una tasa del doble, no 10% sino 20%. De ser el caso A paga, en términos dinerarios, $100 y B $400, cuatro veces más. ¿Cómo justificar que si B genera dos veces más ingreso que A ($2000 contra $1000), lo obliguen a tributar cuatro ves más que a A ($400 contra $100)?
Uno de esos políticos, que cree tener el derecho de disponer del ingreso de los demás como lo crea más conveniente, y que cree que quien genera más ingreso debe, no en términos dinerarios, sino porcentuales, tributar más, es Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, quien ha dicho que “México requiere una reforma fiscal de gran calado, que permita garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas”, y que “quienes tienen más recursos deben contribuir en mayor medida”.
“Garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas”. Traducción: “Garantizar el dinero suficiente para financiar cualquier gasto que se les ocurra, aunque no tenga nada que ver con las legítimas tareas del gobierno, como será el caso, para el año que entra, del 92.63% del Gasto Programable del Sector Público Federal, que se destinará a la redistribución del ingreso (el 69.69%), y a la generación de ingreso (el 22.94%). A financiar las legítimas tareas del gobierno (provisión de seguridad e impartición de justicia), se destinará solamente el 7.37%. Se necesita tener cara dura para querer sacar más dinero de los contribuyentes cuando el gobierno gasta, con singular alegría, en cosas que no debería.
“Quienes tienen más recursos deben contribuir en mayor medida”. Traducción: “A quienes generan, gracias a su trabajo, más ingreso, hay que expoliarlos más, no en términos dinerarios, sino en términos porcentuales, imponiéndoles una tasa tributaria mayor”, y hacerlo, para colmo de males, para financiar tareas que, legítimamente, no le corresponden al gobierno.
Monreal es un excelente ejemplo del político que cree tener el derecho de disponer del ingreso de los demás como crea más conveniente. No lo tiene. Lo que tiene es el poder, algo distinto.
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