El repunte en la inflación se está convirtiendo en el principal tema de conversación en materia de economía. En primer lugar porque, pese a los aumentos en la Tasas de Interés Interbancaria, la estrategia del Banco de México para combatirlo, no se ha frenado, no digamos revertido. En segundo término por su magnitud, que lo ha convertido ya en el mayor repunte inflacionario del siglo.
En lo que va del siglo hemos tenido tres grandes repuntes inflacionarios e infinidad de repuntes menores, sobre todo si por repunte inflacionario entendemos inflación cada vez mayor y superior a la meta establecida por el Banco de México, tres por ciento más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que la mínima inflación aceptable es dos y la máxima cuatro. En lo que va del siglo, entre enero de 2001 y diciembre de 2021, la inflación promedio anual fue 4.32 por ciento: la menor 2.13 en 2015, la mayor 7.36 en 2021. En diez años estuvo por arriba de la máxima aceptable. En once por debajo.
El primer gran repunte en la inflación tuvo lugar entre noviembre de 2005 y diciembre de 2008, y la misma pasó de 2.91 por ciento a 6.53, repunte de 3.62 puntos porcentuales, equivalente al 124.40 por ciento. Tuvo una duración de 38 meses.
El segundo gran repunte inflacionario se dio entre diciembre de 2015 y diciembre de 2017, y la inflación pasó de 2.13 a 6.77 por ciento, repunte de 4.64 puntos porcentuales, que equivalen al 217.84 por ciento. Duró 24 meses.
El tercer gran repunte en la inflación comenzó en mayo de 2020 y está en marcha. Entre abril de 2020 y agosto de 2022 la inflación pasó de 2.15 por ciento a 8.70, repunte de 6.55 puntos porcentuales, equivalentes al 304.65 por ciento. Hasta ahora ha durado 28 meses. En la primera quincena de septiembre la inflación fue 8.76 por ciento.
Primer repunte inflacionario, 124.40 por ciento, 38 meses. Segundo, 217.84 por ciento, 24 meses. Tercero, 304.65 por ciento, en proceso. El repunte ha sido cada vez mayor, la pérdida del poder adquisitivo de nuestro dinero y de nuestro trabajo ha sido cada vez mayor, debiendo tener presente que la inflación y sus repuntes una de dos: o los ocasionan o los permiten los bancos centrales, en nuestro caso el Banco de México, no habiendo manera de negar su responsabilidad en la materia.
Termino citando a Keynes, no al de La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero (1936), sino al de Las Consecuencias Económicas de la Paz (1919). “Se dice que Lenin ha declarado que la mejor manera de destruir el sistema capitalista era corromper la moneda. Con un continuo proceso de inflación, los Gobiernos pueden confiscar, en secreto y sin ser observados, una importante parte de la riqueza de sus ciudadanos. Con este método no sólo confiscan sino que confiscan arbitrariamente; y aunque el proceso empobrece a muchos, enriquece a algunos. La contemplación de esta redistribución arbitraria de la riqueza atenta no sólo contra la seguridad sino también contra la confianza en la equidad de la distribución actual de la riqueza (…) Lenin tenía, desde luego, razón. No hay forma más sutil y segura de destruir la base de la sociedad que corromper la moneda. El proceso sitúa todas las fuerzas ocultas de la ley económica del lado de la destrucción y lo hace de una manera que nadie en un millón es capaz de diagnosticar.”
Por lo pronto, el repunte inflacionario sigue su marcha.
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