Si el esquema es el de metas de inflación, como lo es en México, la herramienta de política monetaria es la tasa de interés de referencia, que en México es la Tasa de Interés Interbancaria, TII, y ésta es la receta: si aumenta la inflación hay que aumentar la tasa. Se supone que aumentando la tasa baja la inflación. Se supone.
Entre abril de 2020 y agosto de 2022 la inflación pasó de 2.15 a 8.70 por ciento, repunte de 6.55 puntos porcentuales, equivalente al 304.65 por ciento, teniéndose ya el mayor repunte inflacionario en lo que va del siglo, con las consecuencias éticas, relacionadas con la justicia, que ello implica.
¿A qué me refiero con las consecuencias éticas, relacionadas con la justicia, de la inflación? Ésta consiste en la pérdida del poder adquisitivo del dinero y, por lo tanto, del trabajo. Si el trabajo se paga con dinero, y éste pierde poder adquisitivo (por lo que, todo lo demás constante, se necesita más dinero para comprar la misma cantidad de los mismos bienes y servicios), lo que también pierde poder adquisitivo es el trabajo (por lo que, todo lo demás constante, se necesita trabajar más para comprar la misma cantidad de los mismos bienes y servicios), y si el derecho al producto íntegro del trabajo implica el derecho al poder adquisitivo íntegro del mismo, y por lo tanto al poder adquisitivo íntegro del dinero, la inflación viola ese derecho, siendo una injusticia. No debemos olvidar el aspecto ético de la inflación, la violación del derecho de propiedad privada que la misma ocasiona.
¿Qué tan eficaz ha resultado la receta de política monetaria para frenar y revertir el repunte inflacionario y para ubicar a la inflación dentro de los límites de la meta, entre dos y cuatro por ciento? Veamos los datos.
Entre el 24 de junio de 2021, fecha en la cual iniciaron los aumentos, y el pasado 29 de septiembre, fecha del más reciente, tuvieron lugar once incrementos en la TII, cuatro de 0.25 puntos porcentuales, cuatro de 0.50, y tres de 0.75, pasando de 4.00 a 9.25 por ciento, aumento de 5.25 puntos porcentuales, equivalente al 131.25 por ciento. ¿Qué pasó, durante ese lapso de tiempo, con la inflación?
En junio de 2021 la inflación anual (comparando el Índice Nacional de Precios al Consumidor de junio de ese año con el de junio del año anterior), fue 5.88 por ciento, ya por arriba de la máxima inflación aceptable, 4.00 por ciento, según la meta establecida por el Banco de México. Durante la primera quincena de septiembre la inflación anual fue 8.76 por ciento. Entre junio de 2021 y septiembre de 2022 la TII aumentó de 4.00 a 8.50, y, en contra de lo que se supone debió pasar, la inflación repuntó de 5.44 a 8.76 por ciento. ¿Qué falló? ¿La medicina? ¿La dosis? ¿El momento de aplicarla? (Aquí parte de la respuesta: https://cisle.org.mx/tii-eficaz-2/).
El pasado 29 de septiembre la TII volvió a aumentar, de 8.50 a 9.25 por ciento, aumento que, si ha de tener efecto sobre la inflación, frenando en primer lugar su repunte, lo tendrá a partir de octubre, por lo que será hasta el 9 de noviembre, cuando el INEGI publique la inflación para octubre, cuando sepamos si lo tuvo o no.
Hasta septiembre los aumentos en la TII, si el objetivo era frenar y revertir el repunte inflacionario, resultaron ineficaces. ¿Qué falló: la medicina, la dosis, el momento de aplicarla?
E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx
Twitter: @ArturoDammArnal