Petróleo, ¿para nuestro beneficio?

A 80 años de la expropiación petrolera, petróleo que, así se señala en el libreto oficial, debe explotarse en nuestro beneficio.

El petróleo es un recurso natural, como también lo es el suelo, el agua, el aire y el espacio, a ninguno de los cuales se le dio el mismo trato que, hasta antes de la reforma energética, se le dio al petróleo, concebido por muchos como una eficaz palanca de desarrollo social, momento de aclarar que si el petróleo “nos va a sacar de pobres” ya nos hubiera sacado de pobres hace décadas. Según los últimos datos del CONEVAL, correspondientes al año 2016, y a ocho décadas de la expropiación petrolera, 53.4 millones de mexicanos sobreviven en la pobreza, el 43.6 por ciento de la población del país.

¿Qué hay que entender por “explotar el petróleo en beneficio de los mexicanos”? Una de tres.

Primera: explotarlo para beneficio de los mexicanos en su calidad de consumidores de productos petrolíferos (gas licuado, gasolinas, diesel, querosenos, combustóleo, etc.) y petroquímicos (etileno, polietilenos, estireno, propileno, tolueno, etc.), para lo cual deben ofrecerse al menor precio posible, que es el que alcanza para cubrir el costo de producción. Dado que Pemex es una empresa sin afán de lucro (esta es la “justificación” de las empresas gubernamentales), puede ofrecer sus productos a ese precio. Si así lo hiciera solamente recuperaría su costo de producción y no contaría con recursos para reinvertir, ya sea para mantener la producción, ya sea para incrementarla, con lo cual estaría destinada a la extinción.

Segundo: explotarlo para beneficio de los mexicanos en su calidad de tales, de tal manera que la única condición para participar de ese beneficio sería la de ser mexicano, lo cual supondría distribuir equitativamente la renta petrolera (ingresos menos costos) entre todos los nacionales, para lo cual debe obtenerse y maximizarse dicha renta, para lo cual hay que vender al mayor precio posible, que es igual al precio máximo que los consumidores están dispuestos a pagar por lo que se les ofrece.

Tercero: explotarlo para dotar al país, y a los mexicanos que les toque aprovecharla, de infraestructura básica, tanto económica (por ejemplo: vías de transporte y comunicación), como social (por ejemplo: escuelas y clínicas), para lo cual conviene que la renta petrolera sea la mayor posible, para lo cual se requiere que el costo sea el menor posible y el ingreso el mayor posible.
Ha sido de esta última manera como se ha intentado aprovechar el petróleo en nuestro beneficio. Han pasado 80 años desde la expropiación petrolera y, como lo apunté, si el petróleo “nos va a sacar de pobres” ya nos hubiera sacado de pobres hace décadas. Si no se logró en el pasado, ¿qué nos hace creer que se conseguirá en el futuro, sobre todo, como lo pretende Morena, Paco Ignacio Tyabo II dixit, revirtiendo la reforma energética?

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .