El presidente Andrés Manuel López Obrador conmemoró hace unos días la “nacionalización del petróleo”, que en realidad fue una expropiación y estatización del petróleo.
PEMEX actualmente es propiedad privada de los funcionarios gubernamentales, quienes manejan esa empresa como si fuera de su propiedad.
El “pueblo”, teórico dueño, solo recibe una gasolina más cara y de peor calidad a la que venden varias empresas privadas en los Estados Unidos, donde la mayoría tienen ganancias, mientras en México pérdidas.
Los únicos que ganan con el monopolio estatal de PEMEX son los burócratas que lo manejan, y sus amigos o parientes que les venden productos o les prestan servicios a sobreprecios.
Durante el gobierno de MORENA el precio de la gasolina aumentó de 19.3 pesos en diciembre de 2018 a 28 pesos en enero del 2024, un 45%.
En 5 años, el gobierno de MORENA perdió aproximadamente 800 millones de pesos para subsidiar a PEMEX.
Pemex gasta más dinero del gobierno del que paga en impuestos. El gobierno le transmitió vía subsidios a PEMEX para cubrir sus pérdidas, pagar a proveedores y sus deudas, 869 millones de pesos, según datos del gobierno.
En la refinería de Dos Bocas, según una auditoría de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), hay 110 millones sin destino claro.
En total en PEMEX, señala la Auditoría Superior de la Federación, hay aproximadamente 800 mil millones sin un destino claro o desconocido.
Las pérdidas de PEMEX refinación son de 32.2 dólares por barril.
PEMEX no aporta un solo dólar neto al presupuesto del gobierno, sino toma recursos directamente del gobierno e indirectamente de los millones de mexicanos que pagamos impuestos, y consumimos una gasolina cara y de menor octanaje a la que recibe el pueblo de EUA de empresas privadas petroleras, la mayoría de las cuales ganan dinero y pagan impuestos.