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Panorama general

Los economistas son economistas, no adivinos, por lo que sus proyecciones (del crecimiento de la economía, de la inflación, del tipo de cambio, de la tasa de interés, etc.), sirven, no para conocer el futuro, sino para conocer su visión del futuro, algo distinto.

Aclarado lo anterior, uso los resultados de la encuesta que el Banco de México levantó en enero entre los economistas del sector privado (40 grupos de análisis y consultoría económica nacionales y extranjeros), para responder la pregunta por el panorama general de la economía mexicana en los próximos tres años: 2025, 2026 y 2027.

Comienzo por el crecimiento, medido por el comportamiento de la producción de bienes y servicios para el consumo final, el Producto Interno Bruto, tomando como referencia el promedio de las 40 repuestas recibidas por el Banco de México. Entre paréntesis pondré la expectativa más pesimista y la más optimista.

La proyección de crecimiento para 2025 es 1.07% (0.20% la más pesimista y 1.70% la más optimista). Para 2026 es 1.75% (1.00% la más pesimista y 2.40% la más optimista). Para 2027 es 1.97% (1.20% la más pesimista y 2.50% la más optimista). Lo malo: el crecimiento seguirá siendo bajo, 1.60% en promedio para los tres años, por debajo del promedio registrado entre 2001 y 2024, 1.81%, que fue muy bajo. Lo bueno: el crecimiento será cada vez mayor, lo cual apunta en la dirección correcta, condición necesaria para minimizar la escasez y maximizar el bienestar.

Dado que para producir alguien debe trabajar, y dado que a quien trabaja se le paga por hacerlo, la producción de bienes y servicios está relacionada con la creación de empleos y la generación de ingresos, condiciones del bienestar, sobre todo si ha de ser resultado, como corresponde a la dignidad de la persona, de la generación personal de ingreso por medio del trabajo, no de la redistribución gubernamental del mismo.

La proyección de inflación para 2025 es 3.83% (4.42% la más pesimista y 3.35% la más optimista). Para 2026 es 3.77% (4.45% la más pesimista y 3.10% la más optimista). Para 2027 es 3.71% (4.04% la más pesimista y 3.19% la más optimista). Lo bueno: en primer lugar la inflación dentro de los márgenes de la meta del Banco de México, 3% más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que la mínima inflación aceptable es 2% y la máxima 4%; en segundo lugar la inflación a la baja; en tercer lugar la inflación, 3.77% en promedio para los tres años, por debajo del promedio registrado entre 2001 y 2024, 4.48%, por arriba de la meta. Lo malo: seguirá habiendo inflación, sobre todo porque el Banco de México tiene una meta puntual, por lo que tiene que hacer, lo que tenga que hacer, para mantener la inflación en 3%.

Hay que tener en cuenta que una de las condiciones que debe cumplirse para minimizar la escasez y maximizar el bienestar es que el dinero aumente su poder adquisitivo (que con la misma cantidad del mismo, al paso del tiempo, pueda comprarse una mayor cantidad de los mismos bienes y servicios), para lo cual se requiere de la deflación, exactamente lo contrario de lo que pretende el Banco de México con la meta de inflación, que es antieconómica porque aumenta la escasez y reduce el bienestar.

Para los próximos tres años se espera mayor crecimiento (bueno), pero bajo (malo), y menor inflación (bueno), pero inflación al final de cuentas (malo).

Lo ideal es que el crecimiento sea mayor que la inflación, algo que no hemos logrado. En promedio anual, entre 2025 y 2027, el crecimiento será 1.60% y la inflación 3.77%. En promedio anual, entre 2001 y 2024, el crecimiento fue 1.81% y la inflación 4.48%. La última vez que la inflación fue menor que el crecimiento fue durante el Desarrollo Estabilizador (1958-1970): crecimiento promedio anual 6.30%; inflación promedio anual 2.49%.

La proyección del tipo de cambio peso – dólar para 2025 es de $20.96 ($22.50 la más pesimista y $19.60 la más optimista). Para 2026 es de $21.30 ($23.50 la más pesimista y $19.30 la más optimista). Para el 2027 es de $21.37 ($23.82 la más pesimista y $18.71 la más optimista). Lo bueno: no se espera una crisis cambiaria, entendida como una depreciación del peso frente al dólar muy por arriba del promedio de depreciación observada (la última crisis cambiaria fue, consecuencia del error de diciembre de 1994, la del primer trimestre de 1995, cuando el tipo de cambio peso – dólar pasó de $3.50 a $7.00, una devaluación del 100% en solamente tres meses). Lo malo: seguirá habiendo depreciación, aumento en el precio del dólar y las importaciones, lo cual genera presiones inflacionarias, aumenta la escasez y reduce el bienestar. En materia de precios, y el tipo de cambio es el precio del dólar en términos de pesos, lo conveniente es que sean los menores posibles.

La proyección de la tasa de interés (Cetes a 28 días), para 2025 es 8.46% (10.03% la más pesimista y 7.00% la más optimista). Para 2026 es 7.53% (9.10% la más pesimista y 5.75% la más optimista). Para el 2027 es 7.17% (9.00% la más pesimista y 5.00% la más optimista). Lo bueno: la tasa de interés, que es el precio del crédito, y como tal conviene que sea el menor posible (condición para minimizar la escasez y maximizar el bienestar), seguirá bajando. Lo malo: la considerable diferencia entre la inflación proyectada, 3.77% en promedio para 2025, 2026 y 2027, y la tasa de interés, 7.72% en promedio, 3.95 puntos porcentuales mayor, el 104.77%, diferencia que es una de las maneras de medir el riesgo país: a mayor riesgo país mayor tendrá que ser la diferencia entre la tasa de interés y la inflación, y viceversa: a menor riesgo país menor podrá ser la diferencia entre la tasa de interés y la inflación.

Resumiendo.

Para los próximos tres años se espera: (i) un mayor crecimiento de la economía (bueno), pero bajo (malo); (ii) una menor inflación (bueno), dentro de los márgenes de la meta del Banco de México (bueno), pero inflación al final de cuentas (malo); (iii) la depreciación del peso frente al dólar (malo), pero sin crisis cambiaria (bueno); (iv) la baja en la tasa de interés (bueno), pero con un considerable diferencial con relación a la inflación (malo).

Todo lo anterior según las expectativas de los economistas encuestados por el Banco de México, que sirven para conocer, no lo que pasará, sino lo que dichos economistas esperan que pase.

Por lo pronto, no esperan una crisis económica, que sería la combinación de recesión con fuerte repunte inflacionario.

E-mail: arturodamm57@gmail.com
Twitter: @ArturoDammArnal

Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .