Las condiciones generales de una economía pueden conocerse por del comportamiento de dos variables: (i) la producción de bienes y servicios, relacionada con la creación de empleos (para producir alguien debe trabajar), y con la generación de ingresos (a quien trabaja se la paga por hacerlo), y por lo tanto con el bienestar de las personas (que en buena medida depende del empleo y el ingreso); (ii) el poder adquisitivo del dinero, que en el peor de los casos debería permanecer constante (que con la misma cantidad de dinero, al paso del tiempo, se pueda comprar la misma cantidad de los mismos bienes y servicios), y en el mejor aumentar (que con la misma cantidad de dinero, al paso del tiempo, pueda comprarse una mayor cantidad de los mismos satisfactores). Lo que por ningún motivo debería darse es la pérdida en el poder adquisitivo del dinero (que con la misma cantidad de dinero, al paso del tiempo, se pueda comprar una menor cantidad de los mismos bienes y servicios). Desde esta perspectiva, ¿cómo anda la economía mexicana?
Comienzo por el crecimiento de la producción de bienes y servicios para el consumo final, el Producto Interno Bruto, PIB. En 2018, último año del gobierno de Peña Nieto, el PIB creció 1.98%. En los siguientes seis años, los del primer piso de la 4T, este fue el crecimiento: 2019, menos 0.40%; 2020, menos 8.53%; 2021, 6.98%; 2022, 3.95%; 2023, 3.30%; 2024, 1.23%. Sumamos tres años consecutivos con un crecimiento cada vez menor.
¿Qué se espera para 2025, 2026 y 2027? Según el promedio de las 42 respuestas recibidas por el Banco de México en la encuesta de marzo a los economistas del sector privado, en 2025 la producción crecerá 0.41% (menos 0.93% según la expectativa más pesimista, 1.00% según la más optimista). En 2026 el crecimiento será 1.59% (0.60% según la expectativa más pesimista, 2.55% según la más optimista). En 2027 la producción crecerá 1.90% (1.10% según la expectativa más pesimista, 2.50% según la más optimista).
¿Cuál fue el crecimiento de la producción en los cuatro trimestres del 2024 (entre paréntesis pongo el resultado de 2023)? Primero: 1.7% (3.8%). Segundo: 1.2% (3.5%). Tercero: 1.5% (3.4%). Cuarto: 0.5% (2.5%).
¿Qué se espera para los cuatro trimestre del 2025? De acuerdo al promedio de las 42 respuestas recibidas por el Banco de México en la encuesta de marzo a los economistas del sector privado, en el primer trimestre la producción crecerá 0.54% (menos 0.32% según la expectativa más pesimista, 1.60% según la más optimista). En el segundo el crecimiento será 0.07% (menos 1.61% según la expectativa más pesimista, 0.74%% según la más optimista). En el tercero la producción crecerá 0.16% (menos 1.96% según la expectativa más pesimista, 1.00% según la más optimista). En el cuarto el crecimiento será 0.89% (menos 0.65% según la expectativa más pesimista, 2.70%% según la más optimista).
¿Qué se espera para los próximos diez años, de 2026 a 2035? Nuevamente, según el promedio de las 42 respuestas recibidas por el Banco de México en la encuesta de marzo a los economistas del sector privado, el crecimiento será 1.95% (1.40% según la expectativa más pesimista, 2.80% según la más optimista).
¿Cómo nos ha ido en materia de producción? Mal. ¿Cómo se espera que nos vaya? No muy bien. Nada nuevo, dicho sea de paso.
Las condiciones generales de una economía pueden conocerse por el comportamiento de la producción y del poder adquisitivo del dinero. Llevamos tres años con crecimiento de la producción cada vez menor: 2022, 3.70%; 2023, 3.30%; 2024, 1.23%. Llevamos cuatro trimestres (los cuatro del 2024), con crecimiento muy bajo. Primero: 1.7%. Segundo, 1.2%. Tercero, 1.5%. Cuarto, 0.5%. ¿Cómo andamos con el poder adquisitivo del dinero, que es el poder adquisitivo del trabajo? Para responder hay que analizar la inflación, la pérdida del poder adquisitivo del dinero.
En 2018, último año del gobierno de Peña Nieto, la inflación anual fue 4.83%. En los seis primeros años de la 4T (2019 a 2024) fue: 2019, 2.83%; 2020, 3.15%; 2021, 7.36%; 2022, 7.82%; 2023, 4.66%; 2024, 4.21%, inflación que no es responsabilidad del Gobierno Federal, sino del Banco de México que o la permite o la provoca, no debiendo (por más que pueda, como de hecho lo hace), negar su responsabilidad en el asunto (véase: https://www.razon.com.mx/opinion/2022/08/18/inflacion-exceso-de-dinero/).
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, erróneamente, el Banco de México tiene una meta de inflación del 3%, más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que la máxima inflación aceptable es 4%. Entre marzo de 2021 y diciembre de 2024 sumamos 46 meses con la inflación por arriba del 4%, 6.01% en promedio (la mayor en agosto y septiembre de 2022, 8.70%; la menor en diciembre de 2024, 4.21%), lo cual mostró la poca eficacia del Banco de México para mantener la inflación, que o permite o provoca, dentro de los márgenes de la meta que él mismo ha fijado.
Fue en enero pasada cuando, por primera vez desde febrero de 2021, la inflación se ubicó por debajo del 4%, en 3.59%, que repuntó a 3.77% en febrero, y que repuntó de nueva cuenta a 3.80% en marzo. Durante la primera quincena de abril la inflación resultó 3.96%, solamente 4 centésimas de punto porcentual por debajo del 4%, la máxima inflación aceptable, según la meta establecida por el Banco de México.
¿Qué es espera, en materia de inflación, para 2025, 2026 y 2027? Según el promedio de las 42 respuestas recibidas por el Banco de México en la encuesta de marzo a los economistas del sector privado, en 2025 la inflación será 3.72% (4.23% según la expectativa más pesimista, 3.18% según la más optimista). En 2026 será 3.72% (4.23% según la expectativa más pesimista, 3.00% según la más optimista). En 2027 será 3.61% (4.08% según la expectativa más pesimista, 3.00% según la más optimista).
¿Qué es espera, en materia de inflación, para los próximos cuatro años, de 2026 a 2029? Según los resultados de la mentada encuesta una inflación promedio anual del 3.62% (4.00% según la expectativa más pesimista, 3.10% según la más optimista), ¿Y para el período de 2030 a 2033? Inflación promedio anual del 3.56% (4.10% según la expectativa más pesimista, 3.10% según la más optimista).
Mientras el Banco de México tenga metas de inflación tendremos inflación, se seguirá perdiendo el poder adquisitivo de nuestro dinero y nuestro trabajo, violándose el derecho de propiedad al poder adquisitivo íntegro de nuestro trabajo, que es parte del derecho de propiedad al producto íntegro de nuestro trabajo, lo cual es un robo, una injusticia.
En la primera entrega de esta serie afirmé que, con relación al poder adquisitivo del dinero, lo mejor es que aumente (deflación causada, ceteris paribus, por el aumento en la oferta agregada, consecuencia de una mayor producción de bienes y servicios, efecto de más inversiones directas, resultado de la confianza de los empresarios para invertir directamente). Que lo menos malo es que se preserve (ni deflación, ni inflación). Que lo peor es que se pierda (inflación causada, ceteris paribus, por el aumento en la demanda agregada, consecuencia de un mayor gasto gubernamental, financiado con producción de dinero, proveniente del banco central).
Debe quedarnos claro que mientas el Banco de México tenga meta de inflación (3% más menos un punto porcentual de margen de error), en México seguirá habiendo inflación, lo cual es, además de un error desde el punto de vista de la economía (reduce el bienestar), una injusticia desde el punto de vista de la ética (viola el derecho de propiedad privada). ¿Cuándo tendremos, en México, una discusión seria en torno al tema? Llevo proponiéndola años y ninguno de los involucrados, desde autoridades monetarias hasta legisladores, ha dado señales de vida.
Si ha de haber inflación, y mientras el Banco de México tenga meta de inflación la habrá, lo menos malo es que el crecimiento de la producción sea mayor que la inflación, algo que no sucede en la economía mexicana desde los tiempos del Desarrollo Estabilizador (1958 a 1970).
Tomando como referencia el crecimiento promedio anual, tanto de la producción como de la inflación, tenemos lo siguiente. Durante el sexenio de Adolfo López Mateos (1958-1964), el crecimiento de la producción fue 6.37% y la inflación 2.20%. A lo largo del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), el crecimiento fue 6.23% y la inflación 2.78%. Durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), el crecimiento fue 5.95% y la inflación 15.18%. A lo largo del gobierno de José López Portillo (1976-1982), el crecimiento fue 6.48% y la inflación 35.70%. Durante el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), el crecimiento fue 0.30% y la inflación 86.71%. A lo largo del gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el crecimiento fue 3.90% y la inflación 15.90%. Durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), el crecimiento fue 3.67% y la inflación 22.48%. A lo largo del gobierno de Vicente Fox Quesada (2000-2006), el crecimiento fue 1.95% y la inflación 4.44%. Durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), el crecimiento fue 1.86% y la inflación 4.28%. A lo largo del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el crecimiento fue 2.41% y la inflación 4.19%. Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), el crecimiento fue 1.05% y la inflación 5.01%.
Sumamos nueve sexenios con la inflación mayor que el crecimiento de la producción. Promedio sexenal la inflación fue 21.77% y el crecimiento 3.06%. ¿Qué se espera para los próximos años? Según las expectativas de los economistas del sector privado, encuestados por el Banco de México en marzo, entre 2026 y 2035 la producción crecerá, en promedio anual, 1.95%, y entre 2026 y 2033 la inflación será, también en promedio anual, 3.39%.
Todo indica que seguiremos teniendo mayor inflación que crecimiento de la producción.
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