Hay tareas que debe llevar a cabo el Estado, no el gobierno. Menciono cuatro: defender los derechos humanos, y para eso está la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH; organizar las elecciones, y para eso está el Instituto Nacional Electoral, INE; elaborar estadísticas, y para eso está el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI; producir dinero, y para eso está el Banco de México, Banxico, todos ellos organismos del Estado mexicano, autónomos del gobierno, tal y como debe ser.
No sería correcto que el gobierno, que viola derechos humanos, defendiera a los afectados. Sería juez y parte. No sería correcto que el gobierno, cuyos candidatos compiten en los comicios, organizase las elecciones. Sería juez y parte. No sería correcto que el gobierno elaborase las estadísticas con las que se califica su desempeño. Sería juez y parte. No sería correcto que el gobierno, cuyas necesidades de gasto tienden a ser ilimitadas, decidiera cuánto dinero debe producirse y ponerse en circulación. Sería un abuso. Dado que nada de ello sería correcto es que existen la CHDH, el INE, el INEGI y Banxico, cuyos desempeños deben mejorarse, pero de ninguna manera desaparecerse para que sus tareas las asuma el gobierno.
Hay otros organismos autónomos, como sería el caso, uno entre muchos, de la Comisión Federal de Competencia Económica, COFECE, cuya misión es “vigilar, promover y garantizar la libre competencia y concurrencia en el mercado”, competencia que es condición necesaria para lograr la trilogía de la competitividad (menores precios, mayor calidad y mejor servicio) en beneficio de los consumidores, misión que no necesariamente requiere de un organismo autónomo, mucho menos si cuentas con una Secretaría de Economía entre cuyas taras debería estar, de manera principal, vigilar, promover y garantizar la competencia, por la importancia que tiene para el bienestar de la gente. Cito a Ludwig Erhard, que algo sabía del tema: “‘Bienestar para todos’ y ‘bienestar mediante la competencia’ son postulados inseparables; el primero marca la finalidad; el segundo, el camino que conduce a ese fin”.
Mal funciona el gobierno si, para seguir con el caso de la competencia, hay que crear un organismo autónomo para que realice tareas que, de manera natural, le corresponden a la Secretaría de Economía, cuya tarea principal debería ser, ni más ni menos, vigilar, promover y garantizar la competencia entre productores y oferentes (evitando monopolios), y también entre demandantes y compradores (evitando monopsonios). Si mal funciona el gobierno para ello, y se considera que no hay manera de que funcione bien, sobre todo en el contexto del capitalismo de compadres, entonces se justifica la creación de un organismo autónomo como la COFECE.
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