Siempre he creído que el desempeño de una economía debe medirse a nivel de la economía familiar, del bienestar de sus miembros, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios con los que cuenten, mismos que para poder consumir hay que comprar, por lo que la compra de bienes y servicios es un buen indicador de la disposición de bienes y servicios en los hogares, y por ello del bienestar de la gente.
Mes tras mes el INEGI publica el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interno, que mide, según lo explica el mismo INEGI (con una redacción un tanto cuanto rebuscada), “el comportamiento del gasto realizado por los hogares residentes del país en bienes y servicios de consumo, tanto de origen nacional como importado, (quedando) excluidas las compras de viviendas u objetos valiosos”. Ya tenemos el indicador para agosto y las noticias no son buenas.
En términos anuales (comparando cada mes con el mismo mes del año anterior), en agosto de 2017 el consumo privado creció 3.3 por ciento. Un año después, en agosto de 2018, creció 2.6 por ciento, 0.7 puntos porcentuales menos, equivalentes al 21.2 por ciento. Transcurrido un año más, en agosto pasado, el consumo privado creció 0.1 por ciento, 2.5 puntos porcentuales menos, que equivalen al 96.2 por ciento.
En términos mensuales (comparando cada mes con el mes anterior), hace dos años, en agosto de 2017, el consumo privado creció 0.2 por ciento. Un año más tarde, en agosto de 2018, creció 0.6 por ciento, 0.4 puntos porcentuales más, que equivalen al 200 por ciento. Un año después, en agosto pasado, el consumo privado decreció 0.3 por ciento, 0.9 puntos porcentuales menos que el año anterior, equivalentes al 150 por ciento.
En términos anuales, en promedio mensual, entre enero y agosto de 2017 el consumo privado creció 3.80 por ciento. Un año después, entre enero y agosto de 2018, creció 2.34 por ciento, 1.46 puntos porcentuales menos, equivalentes al 38.4 por ciento. Transcurrido un año más, entre enero y agosto pasados, el consumo privado creció 0.93 por ciento, 1.41 puntos porcentuales menos, que equivalen al 60.3 por ciento.
En términos mensuales, en promedio mensual, entre enero y agosto de 2017 el consumo privado creció 0.01 por ciento. Un año más tarde, entre enero y agosto de 2018, creció 0.09 por ciento, 0.08 puntos porcentuales más, que equivalen al 800 por ciento. Un año después, entre enero y agosto pasados, el consumo privado creció 0.04 por ciento, 0.05 puntos porcentuales menos que el año anterior, equivalentes al 55.6 por ciento.
En dos años pasamos de un crecimiento del consumo privado del 3.3 por ciento a uno del 0.1, con el efecto que ello tuvo sobre el bienestar de las familias, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios con los que cuenten.
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