Libre comercio

Ahora que, pese a las negociaciones del TLC, existe la posibilidad de que el mismo llegue a su fin, conviene tener claro, con el fin de entender por qué cancelarlo sería un grave error, qué es el libre comercio, concepto que se usa cuando quienes comercian son personas de distinta nacionalidad, lo cual es, dicho sea de paso, total y absolutamente irrelevante.

Lo que importa es el comercio, su causa (la división del trabajo) y su consecuencia (el mayor bienestar de quienes intercambian), no la nacionalidad de quienes comercian.

Hay libre comercio cuando son los consumidores de cada país quienes, comprando o dejando de comprar, determinan tanto la composición (el qué) como el monto (el cuánto) de las importaciones, de tal manera que se importa lo que los consumidores están dispuestos a comprar, y en las cantidades que los consumidores están dispuestos a comprar, sin ningún tipo de intervención de parte del gobierno, tal y como debe ser, distando mucho de que así sea.

Las importaciones tienen dos ventajas. Primera: hacen posible, no solo una mayor, sino también mejor, oferta de bienes, lo cual reduce la escasez en beneficio de los consumidores. Segunda: generan competencia a los productores nacionales, obligándolos a volverse más productivos (capaces de producir más con menos), condición necesaria para volverse más competitivos (capaces de ofrecer lo que producen a menores precios, mayor calidad y mejor servicio) y poder hacer frente con éxito a la competencia de las importaciones. ¿Hay algo de malo en beneficiar a los consumidores y en obligar a los productores a volverse más productivos y competitivos?

Si no existe ninguna razón para prohibir o limitar el comercio entre personas de la misma nacionalidad, tampoco lo hay para hacerlo entre personas de distinta nacionalidad, nacionalidad que es total y absolutamente irrelevante. Los interese y derechos que rigen al comercio entre personas de la misma nacionalidad son los mismos que rigen el comercio entre personas de distinta nacionalidad, algo que, quienes quieren terminar con el TLC, no aceptan.

 

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .