Senadores republicanos han presentado ante la cámara americana una iniciativa de ley, cuya principal bandera parece ser la propaganda política y el hábil manejo de la información. En un país como Estados Unidos en el que tan solo el año pasado, de los casos registrados ocurrieron más de 71 mil muertes por intoxicación relacionada con el fentanilo y con pocas o nulas estrategias claras de combate a un problema que pretende llenar los vacíos provocados por la abundancia. ¿Qué hacer ante un mercado creciente, una necesidad evidente, una tendencia ascendente? Lo que sabemos hacer muy bien como humanidad, decir que tenemos una solución indescriptible, un villano accesible y un problema prescriptible.
Las adicciones a la drogadicción están cobrando la vida de cada vez más jóvenes americanos. Ningún indicador permite observar que la batalla contra las adicciones está mejorando.
La ley NARCOS, nombre que recibe la iniciativa de 16 páginas presentada ante el Senado y que significa las siglas “Ending the Notorious, Aggressive and Remorseless Criminal Organizations and Syndicates”, se traduce al español como la iniciativa de fin a las organizaciones y sindicatos criminales notorios, agresivos y despiadados. Pretende considerar como organizaciones terroristas a 9 carteles mexicanos. Estos carteles son: El cártel de Sinaloa o cártel del Pacifico, El cártel de Jalisco Nueva Generación, cártel del Golfo, los Zetas, cártel del Noroeste, cártel de Juárez, cártel de Tijuana o cártel de los Arellano Felix, cártel de los Beltran Leyva y la Familia Michoacana.
Esta iniciativa de ley seguramente no prosperará por las implicaciones diplomáticas, territoriales, comerciales y sobre todo operativas. Ha generado el ruido suficiente que seguramente desde un inicio se esperaba. Para el grupo Republicano están enarbolando una acción contra el Fentanilo, situación que al igual que el muro transfronterizo está siendo negada o contra-atacada por el gobierno mexicano dándole más leña al fuego. La propia Casa Blanca ha declarado que seria inutil la designación de entidades terroristas a estos cárteles ya que no implicaría ningún cambio en la política de ataque a las mismas organizaciones que actualmente se lleva a cabo.
Hace unas cuantas semanas todo México siguió entre aplausos y una profunda sensación de justicia como la justicia norteamericana, mediante una corte en Brooklyn, juzgará al ex secretario de Seguridad Mexicano Genaro Garcia Luna. Ello significa nuestra propia incapacidad para llevar a la justicia mexicana a nuestros acusados. Esos mismos aplausos se vuelven bullas ante una acción que amenaza con intervenir en los asuntos internos del país.
La violencia continúa, los precios de las drogas, ni en nuestro país ni en Estados Unidos han presentado un encarecimiento significativo, lo que pudiera concluir que no existen éxitos en la guerra, al contrario, parece que la distribución en el mercado sigue siendo más cómoda y sencilla por lo que los precios se volvieron accesibles. El Clorhidrato de Cocaína tiene un precio típico de 318 pesos por gramo, cantidad que no ha variado significativamente en los últimos años. Lo que sí se ha abaratado resulta ser la marihuana, cuyos rasgos nocivos han ido diluyéndose en la sociedad y nos vamos acostumbrando, pero siempre surge algo más aberrante y denigrante, ahora en fentanilo empieza su mercado y con ello arrebata las vidas de un futuro que aún no nos pertenece pero ya nos hemos endeudado.
La conclusión; no sabemos qué queremos, confiamos que la paz venga del exterior siempre que no nos lo digan. Difícil situación, mientras tanto seguimos siendo un escenario político, la propia incapacidad de frenar una violencia que crece y consume el país sigue pasando la factura. Como lo escribí; seguimos diciendo que tenemos una solución indescriptible, con una estrategia que nadie conoce. Un villano accesible cuyo combate afirmamos vamos ganando y no necesitamos nada más y un problema prescriptible que se sigue afirmando que se va a acabar en cualquier momento. Que dificil.