Son muchas las voces que han criticado las acciones de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos al tratar de contener la inflación, y una de ellas ha sido la del llamado “rey de los bonos”, Bill Gross, con quien coincidimos en que si el banco central sube su tasa de referencia al nivel de 5% y más, habrá no solo una dura sino prolongada recesión con altos precios como característica principal.
La apuesta de la Fed es que si sube el costo del crédito habrá menos demanda de productos y los precios comenzarán a bajar. El problema es que también caerá el crecimiento y se tendrá un consecuente retroceso. Y no será ni suave ni blanda, sino una “gran recesión”, como aquí hemos advertido.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha estado aplicando las mismas tácticas que su predecesor Paul Volcker a finales de los años setenta y principios de los ochenta del siglo pasado, pero sin tener en cuenta el hecho de que la economía está mucho más apalancada ahora (eufemismo para decir que la deuda está en niveles inimaginables e impagables), afirma Gross en entrevista.
A diferencia de la época de Volcker, la economía mundial de ahora ha tenido que lidiar con los recientes problemas del Reino Unido, las grietas en la economía china basada en el sector inmobiliario, la guerra y la congelación del gas natural en Europa, y un dólar superfuerte que acelera la inflación en las economías de mercado emergentes.
Si la tasa de referencia de la Fed se detiene en el 4.5% se esperaría una recesión leve. Sin embargo, cualquier aumento que lleve a la tasa por encima del 5% provocaría una grave recesión global. En Top Money Report consideramos que ese será el caso.
Y es que las tasas reales de los fondos federales están ya en aproximadamente el 2%, un nivel que –en ciclos económicos anteriores– ha inducido futuras recesiones; eso, sin mencionar la inversión de la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro, que se sigue agravando.
En el presente ciclo, no obstante, el apalancamiento financiero y económico es mucho mayor que el observado antes de la Gran Recesión, lo que aboga por un rendimiento aún más bajo, y eso implica que la Fed ya ha ido demasiado lejos, sostiene Gross, conocido gestor de fondos y cofundador de la firma Pacific Investment Management Company (PIMCO).
De ahí que los inversionistas deben prepararse para una nueva era en inversión de la economía mundial. Ante tal escenario, el dólar en efectivo es una de las mejores opciones de “inversión” junto con el oro.
A propósito, el rey de los metales ha tenido un mes de “rally” alcista que no pasa desapercibido.
La crítica de Gross es que la Fed “no sabe nada”, basándose en la experiencia de los últimos años de rendimientos de cero por ciento, la incesante flexibilización cuantitativa (“impresión” monetaria) y la expansión de su balance de un billón a 8.7 billones (millones de millones) de dólares.
Pero, dado que Estados Unidos se estaría autoinfligiendo una desaceleración económica, ¿es acaso que necesita una recesión para ser financieramente más eficiente a largo plazo? Gross señala que se requiere una recesión para aumentar el desempleo y reducir el poder adquisitivo de los salarios, un costo muy alto que hará que la gente pague en la calle por los errores de gobernantes y autoridades monetarias.
El efectivo (en dólares) es el rey
Acerca de las perspectivas de inversión es difícil asegurar que el mercado actual de bonos está “sobrevendido”, pues una crisis como la presenciada con las criptomonedas o potencialmente con la devaluación del yen japonés cambiaría las cosas rápidamente.
Entonces, ¿este es el mejor momento para comprar acciones o bonos? Ninguno de los dos, dice Bill Gross, pues el efectivo es el rey. ¡Y estamos de acuerdo!
He ahí la importancia del sistema “carry”, que es la diferencia de tasas de rendimientos entre los bonos a corto plazo y los de largo plazo.
Si hay un carry positivo, las empresas pueden pedir dinero a crédito a bajo precio, prestarlo a un tipo más alto y obtener beneficios. Por el contrario, si es negativo hace que sean reticentes a prestar, lo que pesa sobre el crecimiento económico.
Volcker conquistó la inflación de dos dígitos en la década de 1980 estableciendo un carry negativo de más de 500 puntos básicos durante tres años, pero lo hizo a costa de una grave recesión. Para allá vamos.
A pesar de que, quizá, la Fed no “debería” actuar tan agresivamente hoy en día, porque la economía está significativamente más apalancada y no puede soportar la misma cantidad de carry negativo, pensamos que cometerá ese grave error. Hoy, un carry negativo amplio tal vez mate la inflación, pero lo hará a costa de una depresión global.
Para los inversionistas, lo que eso significa es que NO deben apresurarse a comprar demasiado pronto activos de riesgo (como acciones, índices bursátiles, divisas débiles, materias primas y, por supuesto, criptomonedas), porque la ola bajista estaría aún muy lejos de terminar. Cuando todo va a la baja, “no perder” es sinónimo de ganar, y la apuesta segura es buscar activos refugio (falsos como el dólar y reales como el oro).