El liderazgo se basa en percepciones. Ahora bien, percepción no es necesariamente realidad; pero al final es la percepción la que importa. De nada le sirve a usted ser el hombre más capaz o productivo del mundo si la gente no lo percibe. Si la gente tiene ciertas percepciones acerca de usted, la realidad pasa a un segundo plano.
El político experimentado siempre trata de manejar estas percepciones para que le sean favorables ante los ojos del electorado.
Los políticos, por ejemplo, no llevan trajes de tres piezas en público. Aunque los diputados o senadores hayan recibido un Rolex como regalo de Navidad, muchos de ellos evitarán llevarlo a las sesiones del Congreso, o a eventos públicos, precisamente por la imagen que podría generar. Baste recordar a Carlos Salinas y su reloj Casio de 100 pesos.
López Obrador a aprendido de sus fracasos y se ha convertido en un manipulador de percepciones en lo referente a su imagen personal. Los ejemplos sobran a lo largo de los años y le han reportado sus beneficios. Todos le consideran como un hombre del pueblo, sencillo y honesto. La percepción que genera es tan fuerte, que atrás quedaron las reacciones que generó cuando era Jefe de Gobierno y le fotografiaron su Cartier de 80 mil pesos, o cuando uno de sus hijos chocó la camioneta de 300 mil pesos.
La habilidad que ha demostrado AMLO para manejar su imagen personal le ha faltado para manejar la percepción del país, básicamente por un error fundamental: la necedad.
Fue necedad continuar con el proceso de cancelación del NAIM lo que ha generado los mayores problemas de imagen de su administración. Mientras más pasa el tiempo más problemas le ha generado. Ahora ha tenido que salir a dar la cara Carlos Slim para salvar el proyecto del aeropuerto de Texcoco y tratar de salvar la ya atrofiada imagen del gobierno actual; el gran problema fue, ¿por qué esperar tanto tiempo? Pudieron haberse evitado muchos problemas si sólo hubiera seguido las acciones apropiadas para fiscalizar los contratos que dejó la pasada administración y después, continuar con la obra.
Ahora, con Slim, trata de generar la percepción de que los empresarios están con él y que no han perdido la confianza. En la conferencia mañanera salió la verdad del apoyo de Slim: Un total de 1,600 proyectos que tendrá con el gobierno actual. Cuántos miles de millones le generará al empresario, sólo se sabrá con el paso del tiempo.
A cada problema viene una distracción con tal de mantener la percepción positiva: Ya sean las declaraciones tragicómicas de Jesusa Rodríguez, las faldas de Sergio Mayer o un chiste en el Standup mañanero. Ojo: Las distracciones no son para la base de López. Esa ya está segura, sin importar que lo que diga el presidente contradiga lo que decía con anterioridad, o si la lógica no está presente: la base siempre lo va a apoyar. Las distracciones están para el resto de la población, para justificar, a veces sin éxito, lo que está ocurriendo con el país.
Queda tiempo para componer el rumbo y corregir errores; pero si el presidente sigue empeñado en sus ideas, la percepción irá cambiando y será su perdición.