La otra inflación

En abril de 2020, en plena recesión económica, la inflación anual (comparando el Índice Nacional de Precios al Consumidor de abril de 2020 con el de abril de 2019), fue 2.15 por ciento, la segunda más baja desde diciembre de 1969. La más baja se registró en diciembre de 2015, 2.13 por ciento. A partir de entonces, con altibajos a lo largo del camino, se inició el repunte inflacionario que llevó a la inflación, en agosto y septiembre pasados, al 8.70 por ciento, la mayor en lo que va del siglo XXI. En octubre la inflación resultó 8.41 por ciento, lo cual supone dos noticias: la buena y la mala.

La buena: en octubre se frenó y revirtió el repunte en la inflación, que en 2022 pasó de 7.07 en enero a 8.70 en agosto y septiembre. En octubre resultó 8.41 por ciento.

La mala: la inflación de 8.41 por ciento está muy por arriba de la meta de inflación del Banco de México, que es tres por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que la máxima inflación aceptable es cuatro por ciento. La de octubre resultó 4.41 puntos porcentuales por arriba, equivalentes al 110.25 por ciento.

Todo lo anterior tomando como referencia la Inflación General, que en octubre resultó menor que en agosto y septiembre. ¿Cuál es el resultado si, en vez de la Inflación General, tomamos en cuenta la otra inflación, la Subyacente? El resultado es que la inflación, en octubre, mantuvo la tendencia al alza.

La Inflación Subyacente (core inflation, como se le conoce en inglés), nos informa el INEGI, “se obtiene eliminando del cálculo del Índice Nacional de Precios al Consumidor (la Inflación General a la que hago referencia), los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien, que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado. Así, los grupos que se excluyen son: agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno”, Inflación Subyacente que marca la tendencia de la Inflación General.

La Inflación Subyacente suma 23 meses consecutivos al alza, desde 3.33 por ciento en noviembre de 2020, hasta 8.42 por ciento en octubre pasado y, por primera vez desde que se inició el repunte inflacionario, se ubicó (aunque solo sea por una centésima de punto porcentual), por arriba de la Inflación General. Inflación General: 8.41 por ciento. Inflación Subyacente: 8.42 por ciento, lo cual no augura nada bueno para la Inflación General.

En lo que va del repunte inflacionario la mayor diferencia entre la Inflación General y la Subyacente se logró en abril de 2021: la primera 6.08 y la segunda 4.13. A partir de entonces la diferencia se ha venido acortando, pero no porque la General haya bajado, sino porque la Subyacente siguió aumentando, y en octubre, por primera vez la Subyacente resultó mayor que la General.

¿Para cuándo espera el Banco de México que la Inflación General se ubique dentro de los márgenes de la meta, entre dos y cuatro por ciento? Según el último Anuncio de Política Monetaria, del 29 de septiembre, durante el cuarto trimestre de 2023, en 4.00 por ciento. ¿Será?

Para terminar insistir en la pregunta que siempre hago cuando toco el tema de la inflación: ¿es correcto que el Banco de México tenga metas de inflación, que favorezca la pérdida del poder adquisitivo de nuestro dinero, de nuestro trabajo?

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .